Jeff Hanneman, natural de Oakland y criado en Long Beach, murió tal día como hoy a la edad de 49 años. Tan desafortunada noticia dejó descuadrado y falto de reflejos a más de uno, entre los que me cuento.
Jeff no era un virtuoso con su instrumento, pero sí era un grandísimo guitarrista, compositor y miembro cofundador de Slayer, uno de los combos más letales e hirientes de cuantos se conocen en toda la historia del thrash metal, estilo que contribuyeron a crear de manera brillante desde 1983. Atrás dejó para la posteridad una discografía bañada en oro de una magnitud colosal; un hueco insustituible y treinta años de giras preñadas de directos demoledores.
Jeff se fue demasiado pronto; aún tenía mucho que decir con una guitarra sobre un escenario, y muchos somos los que le echamos de menos pese a su talentoso sustituto. Sabiendo cómo se las gastaba con su instrumento, a buen seguro Jeff estará en el infierno burlándose de nosotros, estúpidos mortales.