El Padre Esperancejo camina, flemático, de un lado a otro de la clase en un silencio solemne y calculado. La luz aséptica de los fluorescentes confiere un brillo desapasionado a su cabeza tonsurada, y cierta aura pálida apenas visible en el contorno de su silueta espigada. Haciendo gala de su rijosa e indisimulada lascivia, y no por ello percibida por quienes le escuchan, decide el Padre Esperancejo que es la persona adecuada para aclarar las dudas incipientes acerca del sexo.
—Sé que sus cuerpos están cambiando, y sé de sus deseos y dudas. —El ápice de la lengua del Padre Esperancejo humedece cadencioso su labio superior, de una comisura a la otra. —Y sé lo que cuesta confesar esas dudas, por tal motivo que he decidido ayudarles. —El Padre Esperancejo ladea la cabeza y cruza las manos sobre su pecho, como si sostuviese un Sagrado Corazón.
—Adorables niños, yo también tuve vuestra edad, y aunque el Señor me reclamó joven, también padecí vuestras cuitas y zozobras. Mi responsabilidad como pastor de este rebaño, es la de aclarar cualquier incertidumbre que podáis padecer. Así, con sinceridad y sin miedos, preguntad todo cuanto queráis saber sobre las vicisitudes de vuestra naturaleza anatómica. No hay que sentir remordimientos. Después de todo, nuestro Señor nos hizo a su imagen y semejanza. Él, en su infinita sabiduría, comprende vuestros pecados y el abocamiento a cometer sucios y denigrantes actos...
Después de aquella perorata de aquel día pretérito, los monaguillos descubrieron por los siglos de los siglos, que cuando una plegaria no es correspondida, en algún lugar del mundo uno de ellos es sodomizado.
Brutal!!!
ResponderEliminarMe quedo!
Celebro que lo hayas disfrutado.
EliminarQue mal cuerpo me dejo el padre Esperancejo. A saber lo que estaba pasando por su mente. Saludos
ResponderEliminarLa mayoría de ellos salen indemnes y encima, la empresa multinacional para la que trabajan los protegen
EliminarMalditos pedófilos. Habría que caparlos y aún así no serían de fiar.
ResponderEliminarCrucificarlos y dejarlos ahí hasta que de ellos no quede nada también es válido
Eliminar«No hay que sentir remordimientos», dice. Está claro que él no sabe qué es eso.
ResponderEliminarMe ha gustado el texto, y también me ha acongojado, todo hay que decirlo.
Besos.
Tampoco saben lo que es la vergüenza. Y eso que la tienen toda porque nunca la gastan. Genial que lo hayas disfrutado. Yo también soy un devorador de libros desde la más tierna infancia.
EliminarHasta el nombre lo describe perfectamente. Esos seres son lo peor de la sociedad y todavía hay gente que los hace santos.
ResponderEliminarMe encanta eso de raja lo que quieras. De ahora en adelante a esa gente los voy
llamar esperancejos jaja. Enhorabuena...
Gracias. Un nombre feo para una feo sujeto.
EliminarQué asco! Y qué asco de organización por encima del bien y del mal.que todo lo cubren, que todo lo tapan, claro, todos ellos tienen mucho que ocultar.
ResponderEliminarY lo que no sabemos. Creo que todavía queda mucha basura que destapar respecto a esa gentuza.
EliminarEstaba por hacer la primera comunión, tendría unos diez años, Madre me hizo asistir al catecismo, vi al sacerdote y me di cuenta que tenía esposa y cuatro hijos, aparte de coquetear con las chicas, creo que desde ahí mi desconfianza y desapego a la religión.
ResponderEliminarActualmente, hay en juzgados una denuncia de un chico de veinte que acusa al padre de violación y piensas, ¿de veinte años, cómo es posible?, pues sí, puso algo en su bebida y lo anuló, fue consciente de todo, pero sin tener la capacidad de defenderse. Se mencionó una droga y el sacerdote apeló diciendo que no era un degenerado, que esa droga nunca la usaría, que sí, que abusó de él, pero que usó equis droga (no conozco de drogas, así que, una u otra, para mí son lo mismo) y aún más ofendido se defiende de la injusticia y menciona que, por qué lo acusan, si él no lastima niños ... Como para colgarlo de sus ''joyitas'' y dejarlo allí, olvidado.
Entiendo entonces que ni siquiera se arrepintió, aun cuando ellos son los que más utilizan el arrepentimiento, según les convenga.
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