Quién sabe dónde fue un exitoso programa que se emitió en televisión española durante la década de los noventa. En pocas semanas se convirtió en la última esperanza de muchas personas que deseaban encontrar a sus seres queridos desaparecidos. El equipo del programa resolvió muchos casos, pero también recibió las llamadas telefónicas de quienes habían huido de sus vidas anteriores por las razones que fueran, y de ninguna manera querían regresar a ellas.
Jajaja, no es algo que sorprenda. Cuántas personas serán las que necesitan dar ese paso por pura supervivencia. Cuántas de ellas estarán sufriendo en el seno de familias y relaciones tóxicas. Cuántas, a las que creemos felices, estarán interpretando un personaje ficticio en sus vidas de postín. Cuántas viviendo de puertas para adentro una muerte lenta.
El programa fue respetuoso con aquellas peticiones, y optaron por no truncar la segunda oportunidad de todas aquellas vidas. Quién iba a pensar que aquellos serían los últimos coletazos de una televisión algo digna, si es que tal cosa ha existido alguna vez en ese medio, antes de que nos invadiera la gran excrecencia, que aún dura, de la telerrealidad más sucia y ramplona.
Creo que ahora sería mucho más difícil, ya no el hecho de desaparecer, sino el de mantenerse desaparecido. Hay demasiadas cámaras mirando en todas direcciones las veinticuatro horas del día. Demasiadas redes sociales pobladas por millones de retrasados interconectados, dispuestos a registrar con su móvil cualquier puta cosa por un puñado de likes.
Puede que algún día la casualidad me lleve a descubrir quién fuiste una vez, persona desconocida, pero no te preocupes. ¿Quién no tiene secretos? ¿Quién no ha necesitado alguna vez escapar de la asfixia y llenar los pulmones de aire limpio?
Entiendo que a veces solo nos queda cambiar de dirección e irnos lejos, muy lejos, y desaparecer.
Oiga, no desaparezca que me entretengo leyéndolo.
ResponderEliminarNo lo tengo pensado ya que mi vida está bien.;)
EliminarLos desaparecidos se etiquetan en tantas marquillas. Aquí en Colombia, a diario desaparecen personas por razones políticas, económicas, familiares: Los peores desaparecidos son los de los falsos positivos. EXecrable que un expresidente como URibe, para demostrar que tenía éxito contra la lucha antisubversiva,
ResponderEliminar...aplicó la política de reclutar jovénes por el ejército, con el cuento de darles trabajo, y luego desparacerlos, que luego aparecían muertos en fosas, vestidps de militares, con uniformes que les quedaban grandes, o con botas mal puestas. Otros han sido víctimas de la guerra con el narcotráfico y el paramilitarismo, y los más se van delpaís en busca de un mejor futuro sin dejar rastro. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarHola, Carlos. Sí, esa clase de desaparecidos no han desaparecido, precisamente, por querer cambiar de vida.
EliminarImagina, querer desaparecer de tu vida e ir dejando un rastro de confeti que cualquiera pueda seguir :)
ResponderEliminarPuedo imaginarlo, pero en realidad no sería una desaparición, sería otra cosa. Algo así como el tiro en el pie.:)
EliminarHace unos días desperté con la novedad de un par de cámaras apuntando directamente y con descaro a mi casa y habitación; y al quejarme me respondieron que están depositadas en propiedad federal y nada podía hacer. Lamentablemente las cámaras forman parte de tu/mi vida, pero no deberían serlo de nuestra intimidad.
ResponderEliminarTengo un tío desaparecido, inicialmente él decidió alejarse de la toxicidad de sus padres que no lo aceptaron por sus preferencias, luego volvió para encontrar todo lo mismo, escuché historias de su desaparición, a saber lo que sucedió.
Mientras no desaparezca tú podemos continuar en calma.
Hola, Maia. Por lo que comentas, tu tío encaja en el grupo de los que tienen que irse lejos y desaparecer. Aunque la mayoría, por lo que he leído, cuando dan ese paso no vuelven. Yo, por lo pronto, me quedo por aquí.
EliminarComo dices, ahora lo de desaparecer está más difícil, pero lo de inventarte una vida en redes sociales está al alcance de cualquiera. Antes engañabas a los demás, ahora a uno mismo.
ResponderEliminarChafardero
Sí, quizá se inventan la vida que querrían sin valorar la que ya tienen.
EliminarComo tengas un móvil, ahí sí que ya no te escondes.
ResponderEliminarY sin embargo, siguen desapareciendo personas. Ojalá todas fueran por voluntad propia.
Yo confieso que al menos una vez por semana me tienta la idea.
Un abrazo
Alís, al final vas a tener que tomar una decisión. Vivir una semana tras otra con esa tentación no puede ser bueno.;)
EliminarHoy es imposible desaparecer, con tantas cámaras de vídeo apuntando hacia nuestros cogotes, en cualquier lugar al que nos desplacemos. Se podría retransmitir nuestra vida en directo... :)
ResponderEliminarSí, es casi imposible, y seguro que es intencionado, por supuesto. Todos tenemos que estar bien controladitos.
EliminarHola, Cabrónidas.
ResponderEliminarRecuerdo este programa, ahora es más complicado mantener un perfil bajo. Puedo comprender que en algún momento se necesite respirar, la vida nos exige demasiado, pero también te digo que, si alguien de mi entorno un día se esfuma sin más, y no sé si está bien o mal, me moriría de la preocupación.
Un fuerte abrazo!
Hola, Irene. Yo presupongo que quien opta por esa decisión tiene una razón muy gruesa para hacerlo. Incluso me da por pensar que el desaparecido no es precisamente el malo. Otro para ti.
Eliminar¡Qué tiempos aquellos! Para los jóvenes de hoy en día... lo que cuentas es puro surrealismo. Perderse ahora es, yo creo, poco menos que un imposible.
ResponderEliminarEn la red puedes desaparecer y ser quien quieras que a nadie le va a importar, y en la vida real ocurre todo lo opuesto. :)
Eliminar