Un nuevo concurso de GH salpica nuestras pantallas. Desde aquella primera y lejana edición, las pútridas hordas de la telerrealidad, año tras año hasta el actual, se han ido reinventado así mismas sin ofrecernos un segundo de tregua. Ni siquiera en época estival, que es la estación en la que algunos programas cesan su actividad.
Debo suponer que están bien pagados quienes suplen a los conocidos habituales que presentan toda esa orgía excrementicia.
Hace unos días, la porqueriza volvió a llenarse, otra vez y como siempre, con nuevos puteros, subnormales, rameras, indeseables, corruptos, chaperos, cocainómanos, astados, chulos de piscina y demás ralea. Todos elegidos de entre miles de aspirantes a vivir del detrito, generando detrito y lucrándose de ese detrito que tanto gusta a los televidentes.
Con todo, no deja de ser una rosa entre un vasto erial de mierda, el hecho de que son una minoría relativa la que nos jode la parrilla televisiva al resto. Somos muchos más los que conservamos el cerebro sin infectar, hostia, pero es difícil esquivar la saturación de esos programas cuando están siento emitidos a todas horas, en todos los contextos y por cualquier causa.
En parte es lógico que jóvenes y no tan jóvenes quieran vivir de los réditos que supone ser astro de la bronca barriobajera televisada. Para qué vas a trabajar para un empresario que a diario elabora nuevas putadas para joderte. Por qué opositar, si luego habrá un misterioso grupo de escogidos que habrán tenido acceso a las preguntas con total impunidad.
Con un poco de suerte y acierto en las decisiones a tomar, es muy rentable ser telefamoso. Incluso la mitad del camino ya está recorrido si, por ejemplo, eres una modelo venida a menos o un cantante en decadencia.
En cualquier caso, la estancia en la porqueriza no va de quién está más capacitado en un escenario, ante una cámara o un micro, no. El triunfo es para el que más grita, el que mejor insulta, el que más sabe engatusar a quien sea para que mienta sobre los que conoce y sobre los que no.
Y sobre todo, para el que mejor caiga a los entretenidos imbéciles del otro lado de la pantalla.
La misma mierda de siempre. Telecinco solo se puede ver a las tantas de la mañana, que se pasan un buen rato poniendo buena música. Pero las demás cadenas no son diferentes. Yo solo pongo la tele a las 3 o las 4 de la mañana, hasta entonces paso el tiempo con los libros y el ordenador. Y cuando la pongo no la miro, solo la escucho de fondo mientras estoy haciendo algo. En fin... soy un bicho nocturno.
ResponderEliminarY tan nocturno, ¿cuándo duermes?:)
EliminarConozco personas que tienen toda una gama de genialidad y te partes de risa cuando los escuchas hablar; y no por tarados, personas inteligentes e ingeniosas, pero con su vida aparte, no en televisión, esa la uso solo para ver películas, documentales o miniseries de vez en cuando.
ResponderEliminarSomos mayoría, pero la televisión está hecha para esa minoría oligofrénica.
Eliminarjeje.... si precisamente escribo en mi blog sobre un asesino de jueces de reality.....
ResponderEliminarya voy a prepararles una buena muerte, saldra pronto.
precisamente estos jueces son ESCORIA
de alli viene el wokismo.... lo imponen esos jueces que ahora son como señores feudales o faraones importantes
recuerdo tambien al legendario primer episodio del Black Mirror....
alli abren con un reality .....
Para dar contexto ...
EliminarHay una artista muy interesante llamada oleana uutai,
este es su canal:
https://www.youtube.com/@OlenaUUTAi
bueno ella fue a un reality,
vena como es irrespetada por los jueces del programa
https://youtu.be/fbAUv6jTKuw?si=aU_Z8-L7FSiCdyND
sin embargo asombra el profesionalismo de la dama ante la burla y lo grotesco de los jueces.
En televisión todo es impostado; todo pactado de antemano. Hablo con conocimiento de causa y un día hablaré de ello en el blog.
EliminarDesde que tengo el streaming solo veo televisión sin anuncios. El Gh me quedó muy atrás. Además es tan falso como todo lo que llaman telerealidad. Tiene guiones y actuación pero de cine barato. Todo consiste en montar un programa que enfade tanto al público que le obligue a participar haciendo llamadas de pago a favor de o en contra de. Y ganar audiencia. El canal es es la ganadería y la audiencia sus cerditos. Todo muy ético.
ResponderEliminarPura carnaza para botarates salivantes.
Eliminarpuedo decir con orgullo que no he visto una sola de las ediciones de ese programa ni he dedicado un minuto a seguirlo... lo digo con orgullo, pero seguro que habré picado con cualquier otra porquería, hay una telemierda para cada telespectador ;)
ResponderEliminarNos va el cerebro en ello, jajaja.
EliminarYo soy muy poco televidente, un auténtico inculto de series, grandeshermanos, netflixes y otras manipulaciones. Sólo veo la 2 (en serio). Por cierto, en octubre empieza en esa cadena la nueva temporada de Órbita Laica, un ameno programa de divulgación científica en el que participa mi hijo. Dicho queda.
ResponderEliminarDesconocía la existencia del programa. Será cierto aquello que de tal palo tal astilla. Gracias por la información.;)
EliminarNo tiene la misma audiencia de antaño pero sigue teniendo tirón, creo. Y lo que tú dices, cogiendo a lo mejor de cada casa, raro sería que ganara un alma celestial dedicada a escribir sonetos y hacer cabello de ángel.
ResponderEliminarSaludos
Jajajaja, sería totalmente inusual. Creo que sólo les falta meter a un marciano.
EliminarHola, Morella. No sólo no avanzamos, sino que también desaprendemos. Por el momento, son una minoría. No quiero ni pensar cómo sería la parrilla televisiva si fueran mayoría.:O
ResponderEliminarNo tengo tele...
ResponderEliminarMantente firme. No renuncies a tu pureza aún por intoxicar.:)
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