Recuerdo tu sabor a halitosis y cuando me susurraste que te encantaba el mío a piorrea. Entonces, mis manos artríticas, con lentitud reverencial recorrieron los numerosos cráteres y pústulas que accidentaban tu espalda. Me encantaba sentir tu estremecimiento al contacto de mis perversas intenciones.
Y tu vagina, tupida y cálida, recibió la erección de mi pene sifilítico, que se abrió paso hasta lo más hondo, chapoteando en la cuantiosa viscosidad blanca de la candidiasis que padecías. Tu esfínter almorránico tampoco era menos, pues se contraía y se dilataba como respuesta al contacto intrusivo de mis dedos ávidos, que aquel día se atrevieron a profundizar hasta dar con la materia marrón.
Tampoco puedo olvidar que aquella noche fue la primera vez que nuestras miradas lograron conectar. Cosa que nunca antes había ocurrido, porque yo estaba tuerto y tú eras estrábica. Pero sucedió, y la conexión de tu mirada camaleónica y la mía pirata, nos descubrió sensaciones desconocidas de mareo, y nuevos colores y densidades dimensionales en un vértigo kilométrico de abismo.
Así atravesamos la noche aquel día: atravesándonos, porque tus manos atrofiadas también acabaron explorando mi piel ulcerosa y horadando en mis más sucios recovecos.
Estábamos enamorados y más allá de eso nada importaba.
Nada importa cuando se conecta con alguien más, Cabrónidas
ResponderEliminarSí, la ceguera del amor es insondable.:)
EliminarUy cuando uno ama se vuelve tonto. Te mando un beso. https://enamoradadelasletras.blogspot.com/
ResponderEliminarY traga con todo.:O
EliminarEllos ya están preparados de antemano ante la inminente desaparición de la belleza física. Pues siempre desaparece en favor de la vejez y la decrepitud.:)
ResponderEliminarBueno, no veo que digas que son horribles físicamente. Yo me he imaginado a Brad Pitt y Angelina Jolie en sus tiempos de enamorados.
ResponderEliminarAsí es, sólo pinceladas y detalles físicos, que aunque breves, determinantes.:)
EliminarUfff a mi ......esque .....yo no podría...
ResponderEliminarTenemos el amor demasiado idealizado, quizás.:))
EliminarOmnia vincit Amor, et nos cedamus Amori. Bucólicas, Virgilio :))
ResponderEliminarÉl lo sabía. Él nos lo dijo.:)
EliminarOstras, Cabro, tu texto es tan crudo y realista que me ha empezado a picar todo el cuerpo al leerlo y me he tenido que precipitar a pegarme una ducha reparadora. Pero es verdad que el amor puro es sordo, ciego e hipósmico :)
ResponderEliminarYo, mientras lo escribía, por poco no voy a urgencias. ¿Cómo algo tan poderoso como el amor puede tener tantas carencias sensitivas?:))
EliminarSi hay amor, todo lo demás sobra, claramente.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Ni la enfermedad puede romperlo.:)
EliminarComo dice José, si hay amor, si se conecta en esa mirada, todo lo demás es parte de. Me gusta esa mirada de aquello que no se nombra casi.
ResponderEliminarAbrazo
Hola, Giraldo. Ellos dos cumplían aquello de "en la salud y la enfermedad", aunque esta última fuera extrema.:)
EliminarPues eso, nada más importa.
ResponderEliminarBesos.
Tal es la fuerza del amor. Por eso debe ser fugaz.:O
Eliminar