Moriste un día lluvioso de junio y el calendario se detuvo, porque te llevaste el tiempo que me quedaba por vivir, dejándome con la añoranza de lo que tuvimos y el deseo de lo que no podrá ser. Moriste, y te llevaste nuestra historia a medio escribir, y sólo quedaron silencio y el pasado de nuestras huellas impresas en lugares que ya nunca volveré a visitar.
Moriste y ahora, cada noche, la tortura acude puntual a mi lecho de pesadilla y sueño, a recordarme las discusiones absurdas, lo que nunca debió ocurrir y las oportunidades desperdiciadas. El miedo a lo que seré sin ti, y la realidad de tu ausencia desfilando por mi mente justo antes de la inconsciencia.
Moriste, pese a que tu luz tenía la intensidad del rayo en la tormenta. La que emanaba de tus puntos vitales y me arrastraba al vacío por las espirales del orgasmo. La que sudaba cada poro de tu piel en energía dilapidada a ciegas, que yo bebía como si fuera el único oasis en medio de nada.
Moriste, cuando deslizaste la cuchilla oxidada a lo largo del interior de tus antebrazos. Cuando te encontré medio sumergida en el agua oscurecida de la bañera, con tus ojos apagados, mirando los insectos enloquecidos que revoloteaban entorno a la luz que dejaste encendida.
Moriste, jodida puta, y me dejaste muerto en vida, desbordado de sinsentido.
Es horrible, porque termina una vida, pero deja otras en agonía. Lo siento
ResponderEliminarSeguro que es algo que ha sucedido, pero no a mí. Solo era ficción. En la inspiración viene como viene.;)
EliminarLo siento.
ResponderEliminarBesos.
Sólo es ficción. Pero gracias.
EliminarYo tb lo siento. Habías escrito algo tan sentido y dramático como precioso, una lástima la última frase, emborronó algo muy especial ¿ tú crees que se la merecía ? Perdóname. Ojalá todo sea pura literatura. Un beso.
ResponderEliminarSólo es ficción. Gracias si te ha llegado.:)
EliminarY tu no pudiste hacer nada porque solo eres dueño de tu vida. ¿Te dejo un buen legado? nada material por supuesto, algo aún más importante. Si es así agradéceselo y si no agradece en todo caso que esa persona te haya acompañado el tiempo que fuese.
ResponderEliminarEsa es mi opinión, el respeto al derecho que cada uno tiene a vivir o morir como le plazca es sagrado, nadie es el bastón de nadie.
No sabría decirte... sólo es ficción y la realidad siempre la supera. Hay quien deja hijos aún por crecer.
EliminarMe he disparado como un cohete, por alguna razón el tema del suicidio y el juicio que a menudo conlleva me descoloca bastante.
EliminarEn cuanto a lo que planteas de una madre que deja hijos aún por crecer pienso que es porque no puede con ello, igual si esperase un tiempo las cosas podrían ser diferentes pero en todo caso nadie puede ponerse en los zapatos de otro. Si ni siquiera podemos hacer las cosas bien a título personal y nos equivocamos una y mil veces ¿porque se lo exigimos a los demás? ¿porque tanto juicio de la vida ajena? es algo que me cuesta entender, igual parezco marciana pero yo lo veo así.
Antes me despedí sin besos y eso no puede ser, así que te mando Besos al cuadrado!!
Es un tema delicado... Gracias de nuevo.:)
EliminarLa pregunta sería por qué..? He vuelto a revisar lo que escribí y he visto lo extraño que queda todo junto, soy así ji,ji
EliminarBueno, eso es la eterna pregunta:)
EliminarSentido este relato. No se si me sorprende más la emoción de este o que bajes decibelios musicales y metas a Theatre of Tragedy(que oye, muy bien).
ResponderEliminarEse final que mezcla la ira por ese adiós abrupto del suicida y el drama me lo creo. Lo he visto en la realidad. Gente enfada y triste a partes iguales con el difunto voluntario.
Sí, yo también lo he visto. Jodido, jodido...
EliminarLa última frase es como un bofetón que saca al lector de un estado de triste lirismo, por así decir. Y es la clave que me ha indicado que este bello texto es de ficción.
ResponderEliminarSaludos.
Sí, una ficción que ya habrá sucedido en la realidad. Celebro que te haya gustado. Gracias, Ángeles.
EliminarMorir matando, matando la vida del que se queda. Realidades ficcionadas.
ResponderEliminarAsí es, y siempre superada por la realidad.
EliminarDifícil opinar sobre un suicidio. En una fracción de segundo la vida ya no te pertenece. Creo que en esos casos todos perdemos el que se fue y los que se quedan...
ResponderEliminarSí, pero el que se va ya no siente.
EliminarPero el dolor que sintió antes debió ser terrible e insoportable... no podría ni soy capaz de juzgarlo.
EliminarUf, tema complejo el del suicidio, muy complejo, duro, muy duro para el que se queda, aunque sigue vivo y ya sabemos que el tiempo puede en ocasiones ser un aliado, el que se suicida, ese ya no siente más.
ResponderEliminarEntiendo esa frase final, porque cuando mi marido se murió y no de suicidio, le llamaba de todo y a solas le decía: capullo ¿Por qué me dejaste aquí?
Es una reacción muy humana, por eso acabé así la entrada. Hubieras podido escribirla tú misma.:)
EliminarTío estas pillao,,,y cada día me dejas más pillao🤣🤟🏻👍🏻
ResponderEliminarNos viene de serie, Jesús, ya lo sabes.:))
EliminarDe la tristeza a la rabia a un paso, como del amor al odio... has descrito tan bien esa sensación de angustia, que nadie ha pensado que era una ficción, así que enhorabuena por el texto :)
ResponderEliminarGracias. Supongo que es una reacción muy esperable.:)
EliminarHonestamente en este escrito te pusiste medio tópico, con el lirismo digno de un post cualquiera de facebook, de esos que siempre suenan igual cuando quieren describir cómo se lamentan.
ResponderEliminarPese a ello, la entrada ha de quedar plasmada llegue como llegue.;)
EliminarMuy buenos versos. Trasuntaste el dolor del otro del que queda desde tu escritura desnuda para decirlo todo. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarHola. Celebro que te gustara.:)
EliminarPara mí, el suicidio es un acto de suprema valentía.
ResponderEliminarEso sí, el día que me suicide procuraré que sea fingiendo que es un accidente, no quiero dejar jodidos a los que me quieren :)
Eso sí que es pensar en los demás.:D
EliminarMuy buen relato, pero creo que el personaje debería cuidar más a sus novias, si no terminará siendo escritor.
ResponderEliminarQuién sabe. Las grandes obras se escribieron en tiempos oscuros...
EliminarCuando le das al botón de la emoción eres único. Me ha gustado mucho leerlo, a pesar de la tristeza, nostalgia y el dolor que transmite. Realidad o ficción, no lo sé, pero ya sabemos que la realidad abastece a la ficción y ésta la retroalimenta, y viceversa. Enhorabuena porque nos has tocado a todos el corazón y eso sólo lo hacen los 'buenos'.
ResponderEliminarSí, la realidad es un nutriente inagotable de ficción, así que estupendo que lo hayas disfrutado, gracias. :)
EliminarMe ha encantado. Has plasmado el sentimiento de la ausencia de manera magistral, y también de manera magistral has sabido dar al lector una sacudida con ese final. ¡Bravo!
ResponderEliminarSAludos.
Hola, Manuela. Me alegro que te gustara, así que te lo agradezco.:)
EliminarTrasmites muy bien, imposible para mi juzgar un suicidio y entiendo la frase final. Por mucho que queramos a alguien, cuando se muere siempre nos cabreamos porque se haya ido y eso es por lo que duele y lo echamos de menos.
ResponderEliminarUn besazo Cabrónidas!
Hola, Morella. Yo creo que la reacción del enfado es lógica. Como dices, más por dolor que no porque emitimos un juicio. Otro para ti.:)
EliminarEl peor sentimiento es darse cuenta que después de una muerte hay que seguir adelante.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Hola. Y no cualquier muerte. Quizá la peor muerte de todas, para quien se queda en este mundo.
Eliminar...
ResponderEliminarNo murió.
Consiguió escapar.
Es un billete muy caro...
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