22/5/23

241. Escenas inéditas.

    Tú eres un hombre y tu jefe te permite disfrutar de tus días libres a regañadientes, como si te concediera el favor de tu vida. En cambio a la mujer made in Hollywood todo le resulta fácil. No sabemos muy bien qué trabajo desempeña en esa gran empresa, pero es asombrosa la sencillez con la que logra disponer, a su antojo, de los días libres que le corresponden por derecho. 

    Es más: su jefe la abraza y le desea que disfrute.

    La mujer made in Hollywood ha cogido un vuelo en primera clase, lo cual significa que su sueldo supera al tuyo con creces. Ha llegado a su destino, y está cruzada de piernas en la butaca del lujoso vestíbulo de un hotel con la naturalidad de quien ha vivido en la pompa desde siempre. Un hombre que nunca serás tú se acerca a ofrecerle fuego, justo en el momento en que ella, con ademán despreocupado y la mirada en ninguna parte, se lleva un cigarrillo a los labios. A continuación la invita a una copa sólo apta para paladares adinerados.

    Tú estás espatarrado, un tanto grotesco, exhibiendo paquete en las pegajosas escaleras de la entrada de un hostal, tan mísero como tu sueldo, cuando una mujer que nunca será la mujer made in Hollywood, pero que está tan desmejorada como tú, se acerca y con voz de cazalla te pide un cigarro y pasta para una cerveza. 

    La mujer made in Hollywood y el hombre que nunca serás tú, tontean nimiedades propias de mentes cultivadas en prestigiosos colegios caros, y surge un diálogo chispeante: se declaran adictos a la exquisitez de la Nouvelle Cousine, y admiradores de las fantásticas gárgolas que otean desde lo alto de la catedral de Notre Dame.

    La mujer que nunca será la mujer made in Hollywood, te habla con verborrea errante de sus excesos de juventud —que más o menos son tan deprimentes como los tuyos—, del precio del bacalao en el mercado de bidonville, y te pide pasta para otra cerveza pese a que la primera estaba desbravada. 

   La mujer made in Hollywood, aunque jamás lo es en la intimidad, intenta parecer una señorita de difícil accesibilidad, y niega tres veces antes de subir con el hombre que nunca serás tú, a la suite ubicada en lo más alto del edificio. Una vez dentro se besan con la salivación e intensidad adecuadas. Luego, la mujer made in Hollywood se va al lavabo con una disculpa, no sin antes mirar con travesura al hombre que nunca serás tú. Y cuando regresa lo hace desnuda, caminando hacia él como una pantera ingrávida entre las nubes, para acabar encendidos en la seda asiática de la cama.

    La mujer que nunca será la mujer made in Hollywood y tú, estáis cachondos y no te importa su pasado ni si está mal de la cabeza. Es obvio que ella siente lo mismo por ti; ¿hace falta algo más? Así que subís por las escaleras pegajosas hasta dar con una puerta descascarillada, que da a un cubículo lóbrego y apestoso. A través de la reja oxidada de la ventana entra la pálida luz de la luna, que ilumina una cama sin hacer que inspira inquietud y deriva.

    La mujer que nunca será la mujer made in Hollywood eructa. Tú te tiras un cuesco porque no eres menos, y ambos hedores hablan de la vida de alcantarilla que lleváis. Ella se disculpa y va al lavabo a mear y a cagar, y el retrete vuelve a hacer historia una vez más. Ella sale y tú entras, también disculpándote. Parece ser que no ha pasado la escobilla, pero es que no hay escobilla. Mierda. Escupes, meas y tiras de la cadena, mirando cómo el agua se lleva toda la basura. Algo viscoso había en la cadena; maldices, te limpias en tu ropa de mercadillo y vuelves. Intentas desabrocharle el sujetador, sin éxito. Lo hace ella, resoplando. A continuación acabáis de desnudaros en un frío trámite de cementerio, y os besáis en una descoordinación atropellada en la que disparas antes de lo deseado.

    Sales flácido de ella, pero con cuidado, no fuera que se quede todo ahí dentro. Ella mira al techo, preguntándose qué la condujo a estar en esa habitación contigo, y tú miras a cualquier otra parte; lejos, muy lejos. Piensas en darle conversación pero no hay sitio para las palabras, y pronunciarlas sería como decirle a alguien te quiero cuando todo se acabó hace tiempo. 

    Ella coge uno de tus cigarrillos con indiferencia, con los dedos arrugados y el gesto gastado de quien ha escuchado una canción tantas veces que ya no sabe de lo que habla. No podéis dormiros y piensas en ofrecerle otro tipo de placer. Quizá pasear las manos por la decrepitud de su piel, mientras sus pómulos se estrechan como los de un cadáver entre calada y calada. 

    Por supuesto, no sin antes haber ido al lavabo, y comprobar que el condón utilizado no sea el uno entre mil que las multinacionales del sexo blindado agujerean para asegurarse futuros clientes de aquí a quince años, si no antes.

    Mujer made in Hollywood, esto nunca nos lo cuentas.





34 comentarios:

  1. Cuando hablas de ''Mujer made in Hollywood'' en la única que puedo pensar es en aquella mujer tan famosa de vestido blanco. Es una situación deprimente, por ambos extremos, por un lado con toda esa carga de dejadez y resignación y por el otro con pasos estudiados para terminar donde mismo.
    Ayer en una reunión de grupo se hablaba del supuesto privilegio de las mujeres en los puestos contra los pobres y resignados hombres, pero visto desde la mirada femenina, no todo es lo que parece o quieren creer -no digo que sea el caso-.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo pienso en ese mundo de rosa, imposible, que nos vendió la meca del cine hace tantos años. Ese mundo tan vendible y taquillero.

      Eliminar
    2. A pelotudo nadie te gana

      Eliminar
    3. No me gusta el fútbol, pero es cierto que en otras disciplinas es difícil superarme.:)

      Eliminar
  2. La vida tal cual es. Ambos casos existen, ambos pueden ser lo que son además de lo que los demás vemos en ellos. Lo que sentimos al saberlo y sentir esos aromas. El aroma de la vida así, tal cual...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Contrastes y claroscuros; luces y sombras. Entre uno y lo otro andamos.

      Eliminar
  3. Nada que envidiarse unos à otros.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Nada de nada. Suerte que hay más cine más allá de Hollywood.

      Eliminar
  4. La mujer made in Hollywood y el hombre que no eres tú tienen un inconveniente también. Que no existen ni existirán. Algunos y algunas lo intentan pero siempre acaban siendo menos que eso, la realidad siempre los deja por debajo de ese listón tan alto.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Exacto. Tan sólo existen en esas películas de ese lugar llamado Hollywood: ellos fueron los primeros en ofrecer ese mundo irreal.:)

      Eliminar
  5. A cualquiera que rasques un poquito en su piel, se le va "el made in Hollywood". Simplemente son gente bien decorada. :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así es. Lo peor, lo triste, es que se le da credibilidad y autenticidad a ese decorado.;)

      Eliminar
  6. Por eso mismo tantas personas hemos levantado barricadas en las que quedarnos a vivir hechas de películas, canciones y libros... la vida real huele y duele demasiado.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y también duele. Nadie quiere sentir dolor. No más del necesario, del inevitable...

      Eliminar
    2. Hasta los sadomasoquistas tienen una palabra para detener el dolor cuando la cosa se complica, a mi eso me lo dice todo :)

      Eliminar
  7. En Hollywood saben que necesitamos soñar para escapar de la mierda.
    Y viven de eso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, está bien escapar de la mierda, pero no negarla como si no existiera.:)

      Eliminar
  8. En realidad todos esos personajes me parecen made in Hollywood con lo estereotipados que están. Aunque la vida real también tiene sus buenas dosis de estereotipos reales.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La meca del cine, con toda probabilidad, ha provocado un daño irreparable. Pero somos nosotros, a fin de cuentas, quienes convertimos los estereotipos en eso mismo.

      Eliminar
  9. Es cierto lo que comenta S. ABRJÁN, los estereotipos Hollywootienses, son eso y más en décadas anteriores donde todo era glamour y explendor cara a la galería, aunque dentro se cocieran las tragedias, la otra pareja está en las antípodas de ese billo y fosforescencia, es la cruda y dura realidad de algunas personas . Eres un gran dibujante de perfiles.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola! Supongo que Hollywood intuyó que sería más vendible el lado luminoso de la vida. O según qué aspectos de la vida, que otras vidas, oscuras y desafortunadas, jamás llegarán a experimentar.:)

      Eliminar
    2. ¡Pues claro! nadie quiere que le recuerden sus miserias y menos las de otros, que ya tienen bastante con las suyas, lo que todos buscan es la evasión,el escapismo, aunque solo sea mental y durante un rato para tomar aire y volver a la triste realidad que cada uno vive...a veces, que no todo es negro tizón tampoco, afortunadamente ; )

      Eliminar
  10. Un relato lleno de contrastes y con textura jajajaja pero oye, nunca digas nunca xd

    El mejor tema del grupo, en mi humilde opinión de inculta musical xd

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Nunca nunca, pues nunca se sabe. No tienen ningún tema malo los SOAD, aunque en este, para ser precisos, no se aprecia en todo su esplendor el potencial que tienen.:)

      Eliminar
  11. Excelente.
    Agregaría que hoy, el fenómeno de las redes sociales, muestra un nuevo prototipo de la mujer made in hollywood... siempre me pregunto cuántas de esas vidas, en apariencia perfectas, serán realmente así.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo creo que más bien pocas. La vida perfecta no existe, teniendo en cuenta lo que será para cada uno una vida perfecta. En todas hay grises. Genial que te haya gustado.

      Eliminar
  12. pelotudo boludo infeliz descocido

    ResponderEliminar
  13. ¿Cómo consigues describir cada situación como si de verdad hubieras estado en ella?
    Por tus textos me hago la idea de que eres un hombre detallista, aunque no sé si solo a la hora de describir las cosas.

    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Diría más bien a la hora de escribir. Me quedo mucho con los detalles en la vida real, eso sí.:)

      Eliminar
  14. Incisivo, sarcástico, detallista. Conviertes al lector en ávido 'voyeur'. Yo como la canción digo que no debería haber ido nunca a Holliwood, ser mujer "made in Holliwood" la convirtió, con el paso de los años, en la segunda versión.
    Un saludo, Cabrónidas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, María Pilar. Hollywood años ha vendía un ideal muy taquillero pero al final la realidad se impone.:)

      Eliminar
    2. Hola, buen cuento, muy bien redactado, evitando nombres propios y dándole una identidad común a los personajes.

      Eliminar

RAJA LO QUE QUIERAS

Esparce el mensaje, comparte las entradas, contamina la red.