Antes, cuando los zombis eran en blanco y negro, también eran torpes y lentos. Si alcanzaban a su víctima era porque la superaban en número y acababan acorralándola. Ahora, los zombis de nuevo cuño y no tan nuevos, ya en color, HD y demás, siguen siendo grupales e igual de hambrientos, pero mucho más rápidos y violentos.
Tanto es así, que el zombi clásico ha muerto —si es que puede morir un muerto vivo—. Ese humano que estaba muerto y vuelve a la vida en avanzado estado de descomposición, y ávido de carne humana te devora o muerde, convirtiéndote en uno de los suyos, ahora es un humano vivo que se infecta con algún virus o por un infectado, y se transforma en algo monstruoso y ultraviolento. Lo único que no cambia son las apetencias nutricionales.
Es decir, que por muy manida que esté la temática zombi, que lo está, y por mucho que se crea que tiene que reinventarse, diría que, más que menos, evoluciona dentro de sus propios límites. En cualquier caso, no hay película mala, ya sea de zombis o de infectados, sino malos espectadores.
Disfruto con este tipo de películas, porque más allá del puro entretenimiento, al margen de si son cutres o de gran factura técnica, me hacen reír semejantes muestras de tan buen comer, y el cómo presentan las fascinantes interioridades de nuestro variado organismo.
Por ejemplo, está ese supuesto punto álgido de dramatismo en el que tu madre o tu hermana pequeña —o ambas— se han convertido y tienes que librarlas de tan horrible estado como sea, antes de que acaben de merendarse lo que queda de tu padre. O cuando el abuelo, antes bondadoso y afable, se infecta de tal manera que salta de su silla de ruedas y se abalanza sobre su nieto de cinco años, no para compartir sus caramelos Werther's Original, sino para abrirle la caja torácica como abren las puertas de un ascensor.
A lo que voy, es que eso no es dramatismo, sino comicidad de la buena. Porque están infectados, convertidos, echados a perder. Qué más da que sea tu madre, tu hermana pequeña, tu abuelo... Se trata de pura supervivencia; ellos o tú; tú o ellos; los matas y se acabó; sin vacilar. Peor sería que los transformados fueran tu perro, tu gato, tu hámster... En definitiva, tu animal de compañía. Con lo sentimental que soy yo con mis seres queridos, eso sí que me plantearía un dilema moral inasumible.
¡Por George A. Romero, es que no quiero ni pensarlo!
Estoy en las mismas. Me fascina el serie B, y el cine de terror siempre me pareció comedia. Los juicios morales que abanican a menudo son el reflejo de guionistas perezosos.
ResponderEliminarSuscribo todo cuanto has dicho, a los animales no, eh, hay que poner un límite. xd
Por supuesto, de darse un holocausto zombi, los animales son los primeros a los que habría que proteger, dado que son las mejores criaturas del planeta.:D
EliminarSobre gustos nadie tiene la verdad... salvo en el tema de los zombies: Cualquier cosa será mejor si la aderezamos con unos cuantos zombies.
ResponderEliminarCreo que acabo de enunciar la única verdad por la que estaría dispuesto a ir a la guerra...
Está claro que la guerra se libraría para proteger al mundo animal de ser infectados. No podemos permitirlo.
Eliminar🤦🏼♀️😂😂siempre que hay una de estas de saltar de un post a otro me río un rato. Igual que con las de zombis... Voto por lo del día zombi en Nochevieja, jejeje, también me pido la primera fila para el espectáculo. Ahora entiendo por qué lo de las tradiciones, jejeje .. por cierto si alguna vez me volviese a casar... Sería con mi perro, porque lo de hacerlo conmigo misma ya sería muy gore...🤪
ResponderEliminar¿Quién no ha sido un zombi en Nochevieja alguna vez en su vida? ;)
EliminarEs un tipo de película o serie que no me gusta, he visto una en mi vida y así se queda. Pero si protegería a todos los míos, todos incluidos.
ResponderEliminarSupongo que el orden de protección lo establecería el hecho de si están infectados.:)
EliminarAlguna de zombis he visto y me ha gustado, pero a mí más que risa lo de su buen comer me da un poco de grima, así que lo veo a medias, tapándome los ojos con las manos mientras tengo los dedos separados.
ResponderEliminarBesos.
Jajaja. Qué dices; no puedo creer eso. Eso es porque las ves sola. Tienes que verlas en grupo.:)
EliminarUf, yo no puedo con el género. Vi una de ellas cuando era pequeña y me pasé la noche entera sin dormir, pendiente de todo por si salía alguno por algún rincón de la habitación, así que el mal recuerdo no me permite verlas. Igual ahora me darían risa, pero por si acaso...
ResponderEliminarDe niños somos impresionables, y eso es bueno. Seguro que ahora te harían reír.:)
EliminarYo aprobaría esa clase de guión.
ResponderEliminarNo sé si comer cerebros se puede calificar como "buen comer", la verdad, tengo dudas, jajajaja
ResponderEliminarYo estoy seguro de que tiene que ser muy bueno nutrirse con el conocimiento de los vivos.:D
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