Me dijo Johnny —el del bombardero, no el del fusil— que los gobernantes yanquis nunca renunciarán a una guerra de ser necesario si eso obedece a sus intereses. Pero nunca librarán una contra esa industria tan lucrativa y tan global de la que también obtienen cuantiosas ganancias más de cien países.
También es bien sabido que en algunos estados del país de las barras y las estrellas, si te abres una cuenta bancaria, te ofrecen una pistola de aire comprimido en lugar de una cubertería de mala calidad. En otros, puesto que la enseñanza ya está considerada una profesión de riesgo, los profesores de escuela pueden ir armados. En esos mismos estados, dentro de poco, si no ya, será un riesgo el solo hecho de vivir.
Johnny y los gobernantes yanquis, aun sabiendo que la raza humana es hostil, defectuosa y no tiene arreglo, otorgan a su población civil la opción de armarse si el ciudadano que la conforma lo considera oportuno, para defenderse y proteger su propio jardín. Si a eso le sumamos una policía de gatillo fácil, el panorama es, cuanto menos, intranquilizador.
Los civiles armados, chiflados o no, se eliminan entre ellos o bien uno inicia una cruzada en solitario, mientras que el resto rezan por no encontrarse, el día menos pensado, en la trayectoria mortal de una bala. Y si sus plegarias no son escuchadas y se las lleva el olor de la cordita junto con sus vidas, ya saldrán en pantalla personas relevantes llorando un poco y condenando la tragedia.
En cualquier caso, resulta menos caro que invertir en salud mental y enfrentarse al NRA. Y los verdaderos intereses de Estado, esos que nunca sabremos y van más allá de acuerdos históricos entre republicanos y demócratas, son intocables, dispare a quien se dispare.
Hay mucha pasta de por medio, uno de los grandes lobbies junto a las farmacéuticas es precisamente el armamentístico. "Money makes the world go around" o como decía Quevedo: "Poderoso caballero es Don Dinero"
ResponderEliminarSí, les da igual caiga quien caiga ante los proyectiles.
EliminarOtra muy dura verdad, por más que duela. El hecho de vivir es ya un peligro. Ya lo es.
ResponderEliminarLa desesperante música le quedó bien a esto.
Ciertas cosas son tan grandes, que no dependen de nosotros.
EliminarAhí van, hipnotizados por la violencia y la riqueza. No importa a quien mate una bala, siempre enriquece a los mismos...
ResponderEliminarVotamos a psicópatas.
EliminarDon dinero manda, muera quien muera. Triste realidad.
ResponderEliminarAsí somos.
EliminarLamentablemente existen seres anormales(tenemos suerte que se concentren en un punto del globo,mas que en otros) me gusta tu narrativa.Un abrazo!
ResponderEliminarHola! Celebro que te haya gustado. Veremos cómo acaba esta movida armamentista, si es que acaba.
EliminarAquí nos parece una barbaridad tener tan a mano un arma y allí es el regalo de la comunión.
ResponderEliminarBesos.
Y luego censuran la imagen de un pecho femenino.
EliminarYo no solo prohibiría cualquier tipo de arma real sino también los juguetes bélicos. Los niños están demasiado acostumbrados a ver películas en las que en las primeras escenas ya aparece una pistola, una bomba, un cuerpo reventado. Para ellos son escenas "normales". Eso sí, no pueden ver escenas de sexo ¡qué horror! ¡pecado, pecado!
ResponderEliminarAhí le has dado, diego. Armas de juguete para los críos es potenciar lo peor del humano.
EliminarMe gustaría puntualizar que no todo es malo. Por ejemplo, si quieres quitarte de enmedio sólo tienes que recurrir al suicidio policial, no como en otros países en los que tienes que pasar una tortura burocrática para ver si te conceden o no la eutanasia.
ResponderEliminarLos hay expeditivos: un balcón a gran altura, y el vacío. O el disparo en la sien. Sin daños colaterales.
EliminarLa policía yanquí no es gatillo fácil, de ser así mataría a cualquiera, es racista y segregacionista, por eso mata a latinos, negros y asiáticos. A los blancos no los toca, es como si no los viera.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Tienes razón, con los de piel blanca aún se lo piensan; aunque no lo suficiente, tampoco.
EliminarA mi lo que más me sorprende es que la mayoría de la población de allí esté a favor de las armas, que no consigan ver la relación entre la tenencia de armas y los delitos cometidos con ellas. Están tan encerrados en su mentalidad que no logran ver ni lo más evidente.
ResponderEliminarQuizá, parte de ello, se debe a su estúpido patriotismo.
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