Algunos de mis conocidos, mayores y menores de edad, se mofan de mí porque escribo en el wasap con tanta corrección como puedo. Parece ser que utilizar todos los signos de puntuación y ortográficos existentes, así como empezar una oración con letra mayúscula y finalizarla con punto final, es una muestra inequívoca de mi involución como último vestigio de una especie en vías de extinción.
No me molestan las burlas en ese sentido, ya que no son malintencionadas y nacen desde el cariño. Y entiendo que esa manera de escribir en un foro, en un chat o en el wasap, siendo como es una aplicación de mensajería instantánea, requiere de inmediatez y de expresión escueta. Pero bien sabe toda persona que me conoce, que modas, tendencias y demás me las paso por los huevos. Y no por ello deja de irritarme más allá de lo que me atrevería a confesar, el irrespeto que muestran ellos por el lenguaje escribiendo de forma tan hiriente.
No hace mucho y sin ir más lejos, una conocida que sabe de mi furia al respecto y que no es ninguna analfabeta, me envió un wasap que me dejó sin resuello, como un puñal de hielo clavándose en mis entrañas. Un sudor, frío como una noche de ultratumba, perló mi frente arrugada de desconcierto, y a medida que mis ojos, muy abiertos e inyectados en sangre, intentaban descifrar aquel batiburrillo de pesadilla, tuve que sentarme para no caer de bruces en el suelo de la cocina recién fregado. La mano con la que sostenía el móvil temblaba más que la de un toxicómano privado de su veneno intravenoso, y empezaba a sentirme más destruido que el disco duro del pc de Bárcenas.
Por aquel atentado sin parangón a la escritura, campaban en abundancia emoticonos, una barroca mezcolanza de consonantes, y también puntos suspensivos que iban de cinco en cinco o de dos en cinco. Por el contrario, escaseaban las vocales más que la empatía en el cerebro de un psicópata, y cualquier atisbo apreciable de que un ser humano se estuviera comunicando conmigo.
El wasap, sin los emoticonos, decía así:
«Hol kpullo...... ya acab d currar.. tu ya hs dscansdo? l otro dia stuve x alli cn mi hrmno y a lo mjr vuelvo a psar.. no t enfads si mñna no vengo..... xq mñna tbjo y tngo que hablar con vip..... enga m voy ke tngo ke condcir.....ke te pten, jijijijiji».
Ya me gusta, y es incluso estimulante, que pongan a prueba mi capacidad intuitiva. Seguro que ni el visionario George Orwell pensó en algo así en su concepto de neolengua. Y otra cosa: ¿por qué cojones se pone una P al final del sí y del no?