Aquellas películas yankees de las décadas 40, 50 y 60 me tuvieron engañado durante toda mi infancia. En ellas aparecía el teniente coronel Custer al mando del 7.º Regimiento de Caballería. En uno de los fotogramas desenvainaba su espada, y con ella indicaba la dirección y el momento en el que debían cargar contra los nativos norteamericanos.
Pasó el tiempo y con trece o catorce años, escuché una canción de Anthrax del 87 que me voló la cabeza de tal modo que quise saber lo que decía y por qué. Entonces descubrí que el cantante, por parte de madre, pertenece a la tribu de los iroqueses, y que —oh, sorpresa— aquellas extensas llanuras teñidas con la sangre de siux, cheyenes y arapajós no pertenecían a los invasores del uniforme azul, sino a los de la piel roja, que por lo visto no eran tan salvajes y sanguinarios como los representaban.
Creo que fue a partir de ahí cuando empecé a no creer en nada y a cuestionármelo todo. Luego sigues creciendo y compruebas una y otra vez que la historia nunca es como la escriben los vencedores. Que a la verdad siempre tratan de sepultarla bajo toneladas de mierda ideológica y tendenciosa.
Y que para dar con ella hay que bucear mucho en la chatarra, y hacerlo con la mente descontaminada y en blanco.
Muy pacíficos tampoco eran, todo ese rollo de abrazar la naturaleza y leer las nubes me suena un poco a revisión posterior... Aquello debió ser un concurso de hijos de puta. Aunque, claro, "unos llegaron antes" y los otros tenían unos palitos de fuego que hacían bum, bum.
ResponderEliminarCreo que Cormac McCarthy describió bastante bien todo ese ambiente, aún siendo un escritor de ficción
Desde luego, no comulgaban con lo de poner la otra mejilla, si te refieres a eso. Con lo tranquilos que debían de estar fumando la pipa de la paz. Lástima que a los del uniforme azul no les pasara como a sus paisanos de verde en la guerra del Vietnam, putos yankees.
EliminarMe sucedió algo bastante similar cuando llegué a los Pariles de la Francia y empecé a estudiar la Conquista española y las masacres indígenas, y aún más cuando algunos coleguillas me llamaban "conquistadora"... y es que Cabro, nos han contado la Historia a medias y según el mandato de quien nos controlaba en según qué época represiva y sus ideales históricos y egocéntrico-narcicista y nepotista.
ResponderEliminarMás oscurantismo... más lavado de cerebro... menos cultura y autodidactismo del malo, viendo lo que uno quiere ver...
Lo mejor, mente en blanco, estoy de acuerdo. Resetearlo todo. Y empezar desde ese punto cero tirando el viejo disco duro a tomar por... ;)
Hola, Zarzamora. Eso es lo que más cuesta, dejar la mente en blanco y alejarse de toda perspectiva. Se puede lograr, no obstante.:)
EliminarConquistar a machetazos o a crucifijazos, esa es la norma. Y luego contarlo a nuestra manera para justificar nuestras tropelías. Pasó hace 500 años, hace 200... y sigue pasando ahora. Pero, eso sí, nosotros siempre seremos los "buenos".
ResponderEliminarSí, sigue pasando a pequeña y gran escala en lugares lejanos que no nos suenan. Cómo saber los motivos; cómo conocer los detonantes; cómo llegar al origen para saber quién es el bueno y quién el malo.
EliminarHola Cabro, siempre he pensado que el cuento cambia mucho dependiendo de quien lo cuente. Hay que investigar y nunca dar por sentado quienes son los buenos y quienes los malos, al final ni los primeros son tan buenos, ni los segundos tan malos.
ResponderEliminarY es algo que siempre va a pasar en todas las conquistas, guerras etc...
Abrazo para ti!!😉
Hola, Dakota. Está claro que no va a dejar de pasar. Como tampoco va a dejar de pasar que el grueso de la ciudadanía atienda más a su ideología que a la verdad, esté donde esté.
EliminarOtro para ti.:)
Comentario de la parte de la película, que es ficción mientras no se filme bajo el título de "documental" entonces yo me creo el rollo por lo que dure la función.
ResponderEliminarDe la parte real, todos justificamos nuestros actos, necesitas eso para que tus acciones no sean calificadas de impulso o caprichosas. Al que pone la mejilla puede no llegar a gustarle. Y los motivos, lo mismo, lo q a mí me moviliza, a vos puede importarte un rábano.
Mente en blanco, comprensión. Mente abierta.
Hola, Eitenne. Yo creo que el niño o niña, cuando es tal, es crédulo por naturaleza, aparte de que desconoce por completo el mundo en el que vive. Es evidente que no creerá que puede volar como Supermán (aunque sí hubo un caso en Barcelona en 1979. La niña se llamaba María Dolores Salcedo Arroyo y sí lo creyó. Murió con ocho años estrellada contra el suelo) pero no hablo de ciencia ficción. Tu razonamiento es puramente el de un adulto que ningún niño, de leerlo, entendería. :)
EliminarPor algo dicen eso de que la historia la escriben los vencedores, o los que quedaron el camino.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Hola, José. La escriben ellos, claro. Quién, si no. Lo bueno sería conocer el verdadero desarrollo de los acontecimientos y los verdaderos porqués.
EliminarMucha razón: si vamos a buscar la verdad (la objetiva, no la que nos consuele), también podríamos a entrar a bucear en la basura donde está tapada en mierda escuchando algún temita de metal que nos motive. Va un abrazo, Cabrónidas.
ResponderEliminarSerá cierto que la verdad se abre camino por sí sola a pesar de todo; aunque sea a través de una canción que llega al oído de manera inopinada. Otro para ti.:)
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