Allí en el pueblo, durante las noches calurosas, mis abuelos, abuelas y coetáneos se sentaban en sus sillas formando un círculo enfrente del portal que fuera, y sin apenas esfuerzo hacían gala de su capacidad de memoria por puro entretenimiento.
Tanto de niño como de adulto, presenciar aquella red social —más próxima y auténtica que las actuales— me resultaba de veras asombroso.
Aquellas mentes lúcidas de la tercera edad —eran nueve o diez— podían elegir a cualquier habitante de los seis mil del pueblo, y decirte sin margen de error, con nombres y apellidos, de quién ese habitante era abuelo, abuela, bisabuelo, bisabuela, tatarabuelo, tatarabuela, primo, prima, hermano, hermana, padre, madre, hijo, hija, novio, novia, exnovio, exnovia, suegro, suegra, nuera, yerno, cuñado, cuñada, nieto, nieta, tío, tía, sobrino o sobrina... Y así con todos y cada uno de ellos.
Aparte de conocer la intrincada red genealógica de todo el censo, aquellos cerebros viejos pero privilegiados, si se empeñaban y les daba la vida, también eran capaces de descubrir la mayoría de infidelidades conyugales acaecidas en el pueblo durante los últimos cien años. Suerte que, aún hoy, lo que ocurre en el pueblo se queda en el pueblo.
Aquello era un don al alcance de unos pocos. Pura magia rural de la que nadie estaba a salvo.
Hola Cabrónidas, me ha encantado esta entrada, quien no ha vivido esto en los pueblos, en mi pueblo todavía existe esta red social donde los vecinos se sientan a interactuar sobre el resto de vecinos, aunque a veces también interactúan sobre recetas de cocina, quien está peor de los huesos y cosas así, jaja... ay ojalá no se pierda esta magia, nada que ver con estar pegados a la pantalla de los móviles.
ResponderEliminarUn abrazo grande para ti !!
Hola, Dakota. Celebro que te haya gustado. Todavía me parece increíble semejante capacidad de memoria en cuanto a fechas y parentescos; y sin fallar. Lástima que ese don se va a perder cuando el último de ellos pase al otro mundo, porque no veo a la generación más inmediata con ganas de ejercerlo. Al menos, no de ese modo a como lo hacían ellos.
EliminarOtro para ti.:)
Hola, sí, una maravilla, una red social de verdad, jeje, qué recuerdos me has traído...
ResponderEliminarUn abrazo. :)
Hola, Merche. Es que en el pueblo, los ritmos y las músicas eran otras. Otro para ti.:)
EliminarRecuerdo haber compartido muchas de esas noches con mi abuela y sus vecinas. Y también las tardes, después de la siesta obligatoria que me hacían dormir 😂
ResponderEliminarBesos.
Mentes lúcidas en edades avanzas. Toda una suerte.;)
Eliminarya sabes, pueblo pequeño, infierno grande... tienes que irte a cien kilómetros de distancia para poder hacer cualquier cosa minimamente divertida ;)
ResponderEliminarY a poder ser que ni siquiera sepan que te vas. Que lo descubran al cabo de los días. Con suerte...
EliminarPor si las moscas, que hay que restringirles el acceso a internet que, con todo lo que saben, van a llover las funas jaja Va un abrazo, Cabrónidas.
ResponderEliminarHola, Julio David. Si dispusieran de internet y lo unieran a su talento, serían invencibles. Eso si no lo son ya, jajaja.
EliminarManejaban más datos que la inteligencia artificial, desde luego jajaja
ResponderEliminarSpeedy
Y tanto. Están a años luz de ella. Pero por encima.:))
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