Dos cuerpos muertos yacen sobre el colchón mugriento de una habitación pequeña, viciada de deseos incumplidos, paredes empapeladas con la nicotina del desencanto, y cortinas que caen como lágrimas negras cubriendo un cristal por el que nunca entra la luz.
Dos cuerpos muertos se miran más allá de sus pupilas dilatadas, mientras en el parque de abajo los niños ríen al sol de la tarde. El tráfico se congestiona y los cláxones aúllan en los ríos de alquitrán. En las terrazas la banalidad campa a sus anchas.
Dos cuerpos muertos tienen, a su derecha, una mesa en la que hay un cenicero desbordado de colillas, un mechero acabado, unas pocas fotografías de sueños arrugados, una cucharilla oxidada y un par de jeringuillas bendecidas por un dios ingrato.
Él y ella están muertos, mientras la bombilla oscilante del techo esboza con su luz malsana imágenes de pesadilla.
Y así todos los días la vida y la muerte hacen su trabajo, sin molestarse, una dando el relevo y otra tomándolo.
ResponderEliminarLos dos cuerpos muertos tuvieron en su día tanta vida como los niños que ríen hoy en el parque, esos niños que en un tiempo estarán tan muertos como esos dos cuerpos.
Besos.
Morir, pero que no sea por tristes episodios con la aguja...
Eliminar...«Y la vida siguió como siguen las cosas que no tienen mucho sentido» -Sabina-. Todo un poema de la realidad que nos espera a la vuelta de la esquina por más que en nuestra vida no se haya cruzado una jeringuilla.
ResponderEliminarLa meta es la misma para todos. El medio de llegar a ella, hasta donde se puede, la elegimos nosotros.
EliminarMe has recordado, claro, a un poema allen ginsberg... algunos peleamos con la realidad como viene, otros intentan escapar por, pensaba escribir el camino fácil, pero quizás sea el más difícil, ¿no?
ResponderEliminarLo veo algo así como el peor de los suicidios.
EliminarDescribiste una escena de desastre doméstico ya tan común aca por desgracia.
ResponderEliminarMuy común en cualquier lugar que se precie. Quizá no tanto en estos tiempos, pero aún se da.
EliminarLa maldita droga y la de gente que se ha llevado...
ResponderEliminarUn texto muy bello, lleno de metáforas, en un contexto oscuro. Toda una alegoría a la vida en contraste con la muerte. Ese contraste entre la vida del exterior y la de dentro de la casa. Maravilla!
Exactamente eso. Me alegra que lo disfrutaras.
Eliminar"imágenes de pesadilla". Y tanto.
ResponderEliminarSpeedy
Y aun así, la realidad supera la ficción.
EliminarEl puro efecto de las drogas
ResponderEliminarTan puro como letal, y certero.
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