Quién me iba a decir a mí, que en plena ociosidad de un atardecer de un día cualquiera, arrastrando mi aburrimiento de un escenario a otro escenario, iría a recalar en la oscura sala de torturas de un tal Raelf de Griumns. Sí, habéis leído bien: Raelf de Griumns, que según él y con toda probabilidad, después de sobrevivir a una monstruosa orgía de peyote, dice ser el designado por el Altísimo para azotar con pluma y verbo inmisericorde, a todos aquellos blogs que según su divino criterio sean merecedores de ello.
¿Quién es Raelf de Griumns? ¿Es real, de carne y hueso? ¿Es un espectro de piel mortecina y traslúcida que atrapado en este mundo terrenal intenta apaciguar el dolor de su alma? ¿Acaso es un enano que necesita aires de grandeza? ¿Estamos ante el delirio esperpéntico de un hombre de Dios y no sabemos cómo encajarlo?
Hermanos y hermanas, la realidad estalla ante nuestras narices desmoronando nuestras creencias, para mostrarnos una verdad mucho más dolorosa y soportable de lo que cualquiera de nosotros podría imaginar jamás: la Inquisición ha regresado; o lo que es más estremecedor: siempre ha estado entre nosotros.
A veces, como la dolorosa almorrana en el culo. Otras, como el molesto polvo en los ojos y las más, como la hiriente sal en la herida. Pero yo, Cabrónidas, irredento entre los irredentos, látigo inclemente contra los dogmáticos y cegados por la fe, elocuente pecador insondable y la mayoría de veces reprensible, voy a confesaros sin sometimiento de tortura, qué persona se oculta tras ese misterioso nombre.
Tras largas vigilias de investigación en las que he abrasado mis pestañas y vaciado varias botellas de absenta, he descubierto que las consonantes y vocales que conforman su nombre, no son más que un intrincado código criptográfico donde se desvela su verdadera identidad, combinadas con brillantez inextricable para el común de los mortales.
Consciente del enorme enigma que voy a desvelar, os ruego que os sentéis y despojéis la mente de cualquier prejuicio y de todo lo aprendido hasta ahora. Tu inquisidor no es otro que el otrora televisivo y polemista...