Acto primero.
No os lo vais a creer, pero vuelvo a sentirlas. Vuelvo a sentir las putas mariposas en el estómago. No sé muy bien cómo ha ocurrido y tampoco importa. Supongo que como he pasado muchas horas conmigo desde que nací, al final se ha creado un vínculo más potente y profundo que la autoestima y el narcisismo. Pero así es: estoy enamorado de mí y no sé cómo pedirme que me quiero casar conmigo. Y tampoco es que me quiera precipitar: tengo que encontrar el momento adecuado y tiene que ser perfecto.
Acto segundo.
Ay, Dios mío, qué nervioso estoy. No sé cómo reaccionaré ni qué cara pondré cuando me pida la mano. Espero contestarme que sí y no llevarme una negativa, porque ya no puedo vivir sin mí. Si dudo me diré que siento deseos de ser yo la primera persona a la que vea con cada amanecer, y que quiero envejecer conmigo lo que me queda de vida. Así de enamorado estoy y así me lo haré saber.
Acto tercero.
Buenas noticias. Llevo casado conmigo unos tres años, y tengo que deciros que nunca antes me había sentido tan querido y tan bien acompañado. Lo comparto todo y lo hago todo junto conmigo. Incluso aquellas funciones que se realizan en el baño en la más estricta intimidad. Hablo conmigo de cualquier cosa durante horas y siempre estoy de acuerdo. Es tal la conexión, que a veces siento que me he leído el pensamiento. Supongo que también tiene que ver el hecho de que mi relación se basa en la sinceridad, por lo que no tengo secretos.
Acto cuarto.
Malas noticias. Mi relación conmigo no va muy bien. Ha sido por una tontería, pero ayer es la primera vez que me discutí desde que me contraje matrimonio. Encima soy tan inflexible que no me he dado la razón. Y hoy no sé cómo ha podido pasar que me he gritado, me he faltado al respeto, y me he levantado el puño dispuesto a golpearme. Suerte que me he detenido el brazo con la otra mano. Y lo mío me ha costado, pues tengo bastante fuerza. La próxima vez que vuelva a pasar no dudaré en acudir a la comisaría más cercana y denunciarme por maltrato. No pienso consentirme semejante comportamiento.
Acto quinto.
Supongo que tenía que pasar como pasa con muchas otras relaciones. Al final he resultado ser un monstruo despreciable: me he empujado escaleras abajo y estoy vivo de milagro. No sé cómo me he atrevido, y de nada ha servido hablar porque no me he entendido, de modo que me he firmado los papeles del divorcio y ya no estoy conmigo. Ni siquiera me he mirado a la cara. Para mí soy agua pasada y espero olvidarme pronto de todo lo vivido desde que me conocí. Ojalá pudiera deciros que la sologamia es maravillosa, pero os aseguro que estoy mejor sin mí.
Solo.
Querido amigo, me encanto tu relato.
ResponderEliminarPero pienso que vas a estar mejor con tu otro yo, no se vive solo.
Entre los dos pueden sacar lo mejor y mirarse en un espejo sin rencor, viendo que juntos son mas fuerte, haz las pases.
Abrazos y te dejo un besito, que tengan los dos un feliz día
Quizá si me encontrara a mí mismo podría ir a terapia e intentar salvar mi relación conmigo.:)
EliminarMi relación conmigo misma no funcionaría, estoy segura.
ResponderEliminarBesos.
Dada mi experiencia, no lo probaría. Al final siempre acaban saliendo rencillas con uno mismo.:)
EliminarLa sologamia no es la solución, Cabro. Busca en tu interior, rebusca si es necesario y seguro que acabas encontrando por ahí otro tú con el que olvidar a tu tú primigenio y con el que puedas quizás alcanzar el acto tercero. Te lo dice un autosexual convencido.
ResponderEliminarLas relaciones humanas son de veras complicadas, incluso aunque sean con uno mismo. Creo que me compraré un perro. O un pato. Negro, claro.:)
EliminarNo te divorcies de ti, no. Todo iba muy bien, un pequeña crisis solamente. Nada que no puedas superar, para volver a vivir contigo feliz.
ResponderEliminarA estas alturas ya no hay comunicación. Me he cerrado en banda y no hay manera de entablarme una conversación.
EliminarIncluye a un tercero, Cabrónidas, búscalo un poco más hondo y quizás funcione
ResponderEliminarNo se si es una buena idea. Quizá luego me tendría celos a mí mismo.:)
EliminarJajaja, muy bueno, me ha recordado a un sketch que tenía en la radio Goma Espuma hace milenios y que era también muy gracioso, aunque distinto al tuyo. El prota de la historia discutía cada día consigo mismo en la taberna quién tenía que pagar y al final terminaba pagando siempre él ;P
ResponderEliminarSpeedy
Hace poco que conozco el término. Cuando empecé a leer sobre ello pensé que no podía ser. Pero sí, sí podía. Humanos...:)
EliminarMaestría, asi será de jodido el matrimonio que ni siquiera casado con uno mismo se lo aguanta. Me he cagado de la risa. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarHola, Carlos. No se puede hacer otra cosa reír. ¿Qué será lo siguiente?
EliminarPor algo se dice que "mejor solo que mal acompañado". Va un abrazo, Cabrónidas.
ResponderEliminarAsí es, he tenido que experimentar la sologamia para saberlo. Qué cosas.:))
EliminarJa, ja, ja, ja Buenísimo es para partirse de risa. Últimamente me siento una marisabidilla así que hasta lo entiendo, :) Si, es que cuando uno ni se aguanta, ni se aguanta, ¡oye! Pero es bueno conocerse al máximo, pero al punto de la idolatría, pues… tampoco nos pasemos, ja, ja, ja
ResponderEliminarAbrazo, Cabrónidas.
Al menos la boda estuvo bien y salieron buenas fotos.:) Otro para ti.
EliminarY lo barato que te va a salir el divorcio? Oye, eso no tiene precio, eh? :))
ResponderEliminarAlgo bueno había que sacar de todo esto.:)
EliminarCreo que la relación con uno mismo es la más difícil y no es tan fácil deshacernos de nosotros mismos. Al menos, no si queremos seguir disfrutando de otros placeres de la vida.
ResponderEliminarEn cada acto me iba a un lugar diferente. He pasado por cinco comentarios distintos. Quizás debiera haber comentado en cinco actos, jaja
Besos
Hola, Alís. Ya hacía mucho tiempo que no te veía por estos lugares. De todas las cosas absurdas y estúpidas que puede llegar a hacer el ser humano, creo que la sologamia es una de ellas. Al menos no provoca daños a terceros. ;)
EliminarSiempre sostuve eso de que "mejor solo que mal acompañado" y siendo que soy la peor persona que conozco, pues nada, que me quedo solo y ya.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Hasta de la sologamia se puede extraer una enseñanza.:)
Eliminar¡Muy bueno! El día que publiques un libro, nos informas. Yo me lo compro. Si es que el casamiento no es buena idea, no hay nada peor que la convivencia, incluida la convivencia con uno mismo, jajaja.
ResponderEliminarGracias. Prometo informar si tal cosa ocurre. y por supuesto, no os recomiendo la sologamia.:)
EliminarHostias! JAJAJA.... !! Lo de las escaleras ha sido un milagro, fijo que sí 😋😁😂😂😂 ¿Te imaginas que te matas y que no sea posible lo de "hasta que la muerte nos separe" ? 😅😁
ResponderEliminarEso ya sería sologamia extrema.:))
EliminarJejeje ..
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