26/9/24

380. Yo, conmigo, en cinco actos

    Acto primero.    

    No os lo vais a creer, pero vuelvo a sentirlas. Vuelvo a sentir las putas mariposas en el estómago. No sé muy bien cómo ha ocurrido y tampoco importa. Supongo que como he pasado muchas horas conmigo desde que nací, al final se ha creado un vínculo más potente y profundo que la autoestima y el narcisismo. Pero así es: estoy enamorado de mí y no sé cómo pedirme que me quiero casar conmigo. Y tampoco es que me quiera precipitar: tengo que encontrar el momento adecuado y tiene que ser perfecto.

    Acto segundo. 

    Ay, Dios mío, qué nervioso estoy. No sé cómo reaccionaré ni qué cara pondré cuando me pida la mano. Espero contestarme que sí y no llevarme una negativa, porque ya no puedo vivir sin mí. Si dudo me diré que siento deseos de ser yo la primera persona a la que vea con cada amanecer, y que quiero envejecer conmigo lo que me queda de vida. Así de enamorado estoy y así me lo haré saber. 

    Acto tercero.

    Buenas noticias. Llevo casado conmigo unos tres años, y tengo que deciros que nunca antes me había sentido tan querido y tan bien acompañado. Lo comparto todo y lo hago todo junto conmigo. Incluso aquellas funciones que se realizan en el baño en la más estricta intimidad. Hablo conmigo de cualquier cosa durante horas y siempre estoy de acuerdo. Es tal la conexión, que a veces siento que me he leído el pensamiento. Supongo que también tiene que ver el hecho de que mi relación se basa en la sinceridad, por lo que no tengo secretos.

    Acto cuarto.

    Malas noticias. Mi relación conmigo no va muy bien. Ha sido por una tontería, pero ayer es la primera vez que me discutí desde que me contraje matrimonio. Encima soy tan inflexible que no me he dado la razón. Y hoy no sé cómo ha podido pasar que me he gritado, me he faltado al respeto, y me he levantado el puño dispuesto a golpearme. Suerte que me he detenido el brazo con la otra mano. Y lo mío me ha costado, pues tengo bastante fuerza. La próxima vez que vuelva a pasar no dudaré en acudir a la comisaría más cercana y denunciarme por maltrato. No pienso consentirme semejante comportamiento.

    Acto quinto.

    Supongo que tenía que pasar como pasa con muchas otras relaciones. Al final he resultado ser un monstruo despreciable: me he empujado escaleras abajo y estoy vivo de milagro. No sé cómo me he atrevido, y de nada ha servido hablar porque no me he entendido, de modo que me he firmado los papeles del divorcio y ya no estoy conmigo. Ni siquiera me he mirado a la cara. Para mí soy agua pasada y espero olvidarme pronto de todo lo vivido desde que me conocí. Ojalá pudiera deciros que la sologamia es maravillosa, pero os aseguro que estoy mejor sin mí.

    Solo.



16 comentarios:

  1. Querido amigo, me encanto tu relato.
    Pero pienso que vas a estar mejor con tu otro yo, no se vive solo.
    Entre los dos pueden sacar lo mejor y mirarse en un espejo sin rencor, viendo que juntos son mas fuerte, haz las pases.
    Abrazos y te dejo un besito, que tengan los dos un feliz día

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Quizá si me encontrara a mí mimo podría ir a auto-terapia con un buen profesional para salvar la relación.:)

      Eliminar
  2. Mi relación conmigo misma no funcionaría, estoy segura.

    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Dada mi experiencia, no lo probaría. Al final siempre acaban saliendo rencillas con uno mismo.:)

      Eliminar
  3. La sologamia no es la solución, Cabro. Busca en tu interior, rebusca si es necesario y seguro que acabas encontrando por ahí otro tú con el que olvidar a tu tú primigenio y con el que puedas quizás alcanzar el acto tercero. Te lo dice un autosexual convencido.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Las relaciones humanas son de veras complicadas, incluso aunque sean con uno mismo. Creo que me compraré un perro. O un pato. Negro, claro.:)

      Eliminar
  4. No te divorcies de ti, no. Todo iba muy bien, un pequeña crisis solamente. Nada que no puedas superar, para volver a vivir contigo feliz.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A estas alturas ya no hay comunicación. Me he cerrado en banda y no hay manera de entablarme una conversación.

      Eliminar
  5. Incluye a un tercero, Cabrónidas, búscalo un poco más hondo y quizás funcione

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No se si es una buena idea. Quizá luego me tendría celos a mí mismo.:)

      Eliminar
  6. Jajaja, muy bueno, me ha recordado a un sketch que tenía en la radio Goma Espuma hace milenios y que era también muy gracioso, aunque distinto al tuyo. El prota de la historia discutía cada día consigo mismo en la taberna quién tenía que pagar y al final terminaba pagando siempre él ;P

    Speedy

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hace poco que conozco el término. Cuando empecé a leer sobre ello pensé que no podía ser. Pero sí, sí podía. Humanos...:)

      Eliminar
  7. Maestría, asi será de jodido el matrimonio que ni siquiera casado con uno mismo se lo aguanta. Me he cagado de la risa. Un abrazo. Carlos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Carlos. No se puede hacer otra cosa reír. ¿Qué será lo siguiente?

      Eliminar
  8. Por algo se dice que "mejor solo que mal acompañado". Va un abrazo, Cabrónidas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así es, he tenido que experimentar la sologamia para saberlo. Qué cosas.:))

      Eliminar

RAJA LO QUE QUIERAS

Esparce el mensaje, comparte las entradas, contamina la red.