La última ramera del mundo murió anoche en soledad, cuando fumaba cigarrillos sin filtro junto a las cortinas rojas del reservado. Al igual que su juventud, su tiempo se había acabado pero hablaría por ella en los más lejanos confines, porque no sólo se entregó por igual y con veracidad hasta el último día de su larga vida, sino que también amó sin impostura a todos y cada uno de los seres que por necesidad compraron sus servicios.
La última ramera del mundo fue la única oportunidad de experimentar el placer carnal más allá del onanismo, que tuvieron hombres y mujeres de razas y edades diversas, cuyo aspecto facial y anatómico causaba rechazo en el grueso de la sociedad neurotípica y bien parecida. De modo que los hijos e hijas de la fealdad extrema y moderada, tras un desembolso monetario más simbólico que económico, también conocieron las virtudes del apareamiento venéreo.
Pero la última ramera del mundo murió anoche, y todos los cuerpos indeseados, siempre en constante devaluación, de nuevo fueron repudiados. Meros envoltorios de piel poco o nada agraciados, condenados para siempre a la orfandad de la carne.
Había muerto la última ramera del mundo, joder.
Se volverá leyenda...
ResponderEliminarUna gran pérdida.
Eliminar¿Recuerdas aquello que hacía con los pezones? Una locura, la echaré de menos.
ResponderEliminarLo recuerdo perfectamente. Seremos feos, pero cómo nos hizo disfrutar.
EliminarPues la Tierra se va a volver todavía peor. Un mundo de malfollados da miedo. En realidad ya lo es pero si esto empeora no sé qué vamos a hacer.
ResponderEliminarEsto será horrible. ¿Con quién follaremos ahora los feos?
EliminarY si la Magdalena pide un trago, tú la invitas a cien que yo los pago...
ResponderEliminarA su salud!
😂😂
EliminarJajaja, José Miguel. no te reirías tanto si fueras de los feos a los que ni siquiera osan tocar con un puntero láser. Los feos honraremos a la última ramera del mundo como merece.:))
EliminarA la salud de la última ramera del mundo, Prozac.:)
Estoy dándole vueltas a tu última frase, y no sé si la última ramera del mundo se llamaba Prozac jajajjajaja
EliminarNo, no. La última ramera del mundo tenía un nombre de esos bonitos que tanto me gustan. Creo recordar que se llamaba Burgundófara.:)
EliminarAhhhhh, sí, era la hermana de Plautila ;)
EliminarY cuñada de
EliminarSalustiana
No, se llamaba ROXANNE así que para ti y para ella ; )
ResponderEliminarNo es que Roxanne no sea apropiado. Pero Salustiana y Plautila tienen un nivel superior.:)
EliminarEsto me ha sonado más a canción de Def con dos y su acción mutante :)
ResponderEliminarBeasuéant, puedes creerte que de esa canción vino la chispa para esta entrada. Por otra parte, en esa buena película hay más verdad de lo que parece.:)
EliminarEn algún lugar alguien debería erigir un monumento a Burgundófora y a sus antecesoras, como benefactoras de la humanidad, por el placer carnal procurado a los diferentes. Y espero que aún existan por ahí Burgundóforos para las diferentes, que también tienen su corazoncito y no deben renunciar a disfrutar de ese placer, uno de los pocos que nos van quedando.
ResponderEliminarAsí es diego. Muy bien desgranada la esencia de la entrada, que si bien es cierto que la belleza interior es importante, esta no importa si la exterior no atrae.
Eliminar¿La última?
ResponderEliminar¿Me permites que lo dude?...
Siempre me ha llamado la atención que tildar a un tipo de maricón o putero...no pase, no sea hoy políticamente correcto... pero a la mujer a quienes llamen PUTA, siga pasando y sin vaselina, como decimos por aquí, "comme une lettre à la poste"...
Sí, tienes razón. Pero sabes tan bien como yo que en los medios públicos todo es impostura y todo está medido: lo que se dice y se deja de decir. Pero joder, si pudiéramos ver por el ojo de la cerradura a todas esas personas tan correctas, tan tolerantes, tan educadas... La persona es quien es de verdad sólo cuando cree que nadie la observa ni la oye.
EliminarEs tan cínico necesitar de alguien y una vez saciado, insultar y despreciar a esas personas. Las putas han aguantado ese estigma desde tiempos inmemoriales, hoy su pesadilla se ha extendido a otras profesiones en las que se exprime a las personas como a un limón a cambio de poco dinero y desprecio.
ResponderEliminarNo he llegado a ver ni un minuto del video, no entiendo lo que dice, aunque me hago una idea.
En cuanto a la belleza o fealdad todo es relativo, salvo casos realmente excepcionales, esa apreciación está en los ojos del que mira.
Hola, Ana. Eso último que has dicho es muy romántico; muy del buenismo de hoy en día. Creo que se ajusta más a la realidad aquello de que la mona, aunque se vista de seda, mona se queda (también vale para el mono). Casi parece tabú reconocer que hay personas tan feas como las hay guapas. Y que las feas, en esto del apareamiento, lo tienen muy muy mal. No creo que sea una excepcionalidad y es algo que llevo viendo durante toda mi vida. Claro está, vemos el mundo en base a nuestra percepción de las cosas y bla, bla, bla... Qué sabré yo...:)
EliminarMe parece difícil que desaparezca este oficio, hay mucho cuerpo hambriento y muchas mujeres con hambre
ResponderEliminarNo creo que desaparezca. En todo caso, ¿por qué nunca se habla de los putos? También los hay y los ha habido desde el principio de los tiempos.
EliminarNunca habrá una última ramera; cambiarán su oficio, su apariencia, su estatus y su nivel de aceptación, pero siempre lo serán, sea en las calles o en los ministerios.
ResponderEliminarJajajaja, joder, S. Abraján, qué manera más poco delicada de quitarle romanticismo a mi entrada.:))
EliminarFelicitaciones
ResponderEliminarUn gran escrito no grande
¡Gracias! ¿Qué tal por el periódico? ¿Mucho trabajo, Mucha?
EliminarCon gran pesar, nos despedimos de una parte de nuestra humanidad.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Hola, J. Honrémosla como merece.
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