Acabo de desaguar. En contra de lo que haría Torrente, me lavo las manos. Mientras, el sujeto A entra en el wáter. Después del lavado de manos, me las seco. De seguido, entra el sujeto E dirección al wáter que está ocupado por el sujeto A. Tardo más rato de lo acostumbrado en secármelas.
—¡Eh! —exclama el sujeto A, cuando, al tiempo que está sacando lo mejor de sí mismo, se abre la puerta que da a la taza.
—¡Ah! —replica el sujeto E, cerrando la puerta de inmediato para así no ver a un tío soltando lastre.
Por motivos obvios, el sujeto A y el sujeto E piensan: «Cuándo arreglarán el cerrojo en este restaurante de mierda».
Es incómodo cuando pasa eso: abrir y encontrarte a alguien sentado en el trono y poniendo cara de león.
ResponderEliminarEl mayor ultraje a la intimidad.
EliminarJajaja...
ResponderEliminarEso le pasa por no sentarse con una pierna estirada haciendo tope con la puerta.
Besos.
Debe ser todo un arte cagar de ese modo.:))
EliminarY con el bolso colgado del cuello. Es una técnica depurada que merecería tener su rpopia categoría como deporte olímpico
EliminarSpeedy
Speedy, me da la sensación de que te has encontrado en esa tesitura. ¿Ya lo escribiste en tu blog o está por escribir? ¡Tengo que saber!
EliminarSí, hay mucho más de lo que parece en esta entrada.¡Gracias e igualmente!
ResponderEliminarjajaajaja No hacen falta palabras.
ResponderEliminarEse momentazo lo hemos vividos todos.
Es un momento que queda grabado a fuego. Trauma para toda la vida.
EliminarJajaja tiene que ser horrible cuando te encuentras sin poder cerrar y bueno, saludas y sigues.
ResponderEliminarEl momento es breve pero de una gran intensidad.:)
EliminarYo restablecería, en restaurantes y lugares públicos, los antiguos retretes romanos: una losa de piedra con múltiples agujeros, espaciados convenientemente, para cagar en comunidad. Con ello, aparte de socializar, los pestillos no serían necesarios y, de paso, propondría que pudieran pasar los camareros a pedir la comanda a los cagantes, disminuyendo de ese modo los tiempos de espera una vez sentados a la mesa.
ResponderEliminarEso es una genial idea. Propongo ir a medias. Desarrollamos la propuesta y patentamos el invento. Preveo grandes ganancias.:))
EliminarPues no se hable más, pongámonos manos a la obra. Igual que ahora se organizan "Desayunos de Trabajo" en los salones del ritz, en los que los politiquillos se ponen guarros a ensaimadas y café con leche, propongo que alquilemos una sala donde sea, instalemos unas letrinas romanas y organicemos allí "Cagadas de Trabajo", a 500 euracos el cagante. Nos forramos, fijo :D
EliminarMuy bien traído lo del Eh y el Ah!! :P
ResponderEliminarAsí lo creo, gracias. La vida misma es un inagotable caldo de cultivo para entradas en un blog.;)
EliminarCreo que todos en alguna ocasión, hemos tenido esa breve pero intensa conversación.
ResponderEliminarDesde que presencié aquello, siempre compruebo el cerrojo.
EliminarPero ninguno dejará de ir al bar, ¿verdad?
ResponderEliminarA un conocido mio le vomitaron en el regazo en una situación similar... podría ser peor :)
Yo creo que no. Irán al bar, y cuando tengan que entrar al lavabo , comprobarán el cerrojo. Lo segundo, no solo es peor, si no que estremece.:)
Eliminar🤣😂 Confieso que hubiese gustado más de un tema con perfume de gardenias y no el que me llegó, pero no se puede negar que esto es real, que es lo que es y mejor no digo más porque mi atención se la lleva el video con sus pormenores. Prefiero sentir el aroma a tabaco. Ahí la dejo.
ResponderEliminarPero el olor del tabaco persiste más en el tiempo.:D
EliminarQue levante la mano quien no se haya visto en esa tesitura.😊
ResponderEliminarHay que comprobar el cerrojo, si no, quedas traumatizado de por vida.
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