Por qué, por qué, por qué. Vienes a joderme en el preciso momento que escojo yo para joderte a ti. Por no caer me siento y todo son demonios y sombras. Te vistes con las caras de otras, viertes en mí tus embrujos y me requiebras alrededor. Para qué, para qué, para qué. Qué coño haces aquí si siempre hay algo que hago mal. Deseo que te mueras; sí, tú. Que por no lastimarte te voy a dar la espalda y dar un salto al vacío. El suelo parece que supura ginebra, desangrándose como mis brazos. Apenas quedan cristales rotos en la ventana. Con las manos embutidas en los bolsillos, me alejo pensando en ti aun queriendo que desaparezcas, y en mi crispación los he llenado de agujeros.
Tengo los sentidos embotados de ese sabor ácido a impacto y a sangre. El vino acabado, bilis en la garganta y la ventana hecha añicos. Quise gritarte todo mi odio, pero se me iban a quebrar los dientes de tanto apretarlos. Habría podido matarte a puñetazos, pero decidí hacerlo con la habitación. Y luego arrancarme el pecho, arañarme los ojos y abrazarme a mí mismo hasta morir de amargura. Pero me asomé a la ventana, y de nuevo la brisa trajo aquella canción paseándose entre las aristas. Tus caras se difuminaban y ya no quise volver a entrar. Salté como en aquella ocasión, pero sin cristal alguno que pudiera herirme. Un suelo esponjoso como una nube acarició mis pies. Extendí los brazos con las palmas abiertas, ofreciéndome a la calidez de un sol recién nacido. Su luz bañó mi cara como un bálsamo, y dejé que de mis ojos cerrados fluyera la ira mejillas abajo. Tan solo estaba sonriendo. Y llorando. Llorando de amor.
El que ya nunca te daré, jodida puta.
Esta tercera locura sí que duele
ResponderEliminarDolor llevado a sus últimas consecuencias.
Eliminar¿Por qué llaman amor al apocalipsis? ...
ResponderEliminarSupongo serán dos caras de la misma moneda. Todo son finos hilos que rompen con demasiada facilidad. Amor y odio; locura y cordura...
EliminarAy, te salió una visión apocalípticamente inquietante, se siente ese dolor. Lo que lo provoca es el mal concebirlo, no es amor.
ResponderEliminarYo creo que el amor es tan real como su antónimo. Siempre estamos en el borde de la moneda.
EliminarLa mano que peor nos golpea es la que alguna vez nos acarició.
ResponderEliminarUn dicho muy sabio, sin duda.
EliminarEl amor puede ser lo mejor y lo peor del mundo.
ResponderEliminarBesos.
Un fino hilo que rompe con demasiada facilidad.
EliminarAhí estamos, expuestos a todo, a veces con una buena armadura y otras totalmente desnudos.
ResponderEliminarPor suerte, amanece cada día.
EliminarNo hay nada más tóxico que querer dar amor a quien no lo desea. Toda su fuerza se vuelve bilis que rebota constantemente en las vísceras. Solo se trata de eso... de darse cuenta ¿no?
ResponderEliminarMe ha sangrado a mí también esa herida....
El saber qué hacer llega de una manera u otra.
EliminarCuando algo o alguien sigue volviendo y de plano uno no le puede exorcizar, ¿eh?
ResponderEliminarEso mismo. Hasta que todo explota.
EliminarPues fíjate, que del dolor te ha salido un texto, jodidamente poético. Es verdad, que el amor y el desamor, el amor y el odio, la locura y la cordura, a veces, tan sólo les separa una delgada línea, quizás porque en el fondo se retroalimentan aunque, a veces, cueste creerlo. Felicidades por el texto, me ha encantado! Feliz finde!
ResponderEliminarTe lo agradezco e ¡igualmente!
EliminarTremendo, el amor llevado hasta más allá de la muerte. Magnífico texto.
ResponderEliminarSAludos.
¡Hola! Celebro que te haya gustado, ¡Se agradece!
EliminarUf, que yo soy muy visual, y me lo he imaginado todo.
ResponderEliminarEso será que hice una entrada aceptable. ;)
EliminarLa relación entre una delincuente y un agente del FBI siempre es difícil...
ResponderEliminarJajaja, imagino que sí. Por lo menos, siempre hay cosas rotas por medio.
EliminarCerrando puertas. Bien. Pero hay que soltar la bilis y ese proceso es tan doloroso como necesario.
ResponderEliminarExacto. Del mismo modo que el cuerpo ejerce sus mecanismos para vomitar y expulsar gases malolientes sin preguntarnos, nosotros por voluntad propia y salud tenemos que hacer lo mismo.
EliminarPor qué y para qué. Al final todo se reduce a esas dos preguntas.
ResponderEliminarY encima no respondidas.
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