Un nuevo cadáver se acercó y se colocó junto a mí. El recién llegado todavía estaba en un estado, digamos, aceptable. Lo cual me hizo pensar que llevaba un par de horas muerto; tres a lo sumo. Su cara, pese a estar inanimada, también reflejaba desengaño. Lo mismo que la faz de sus antecesores.
Por lo visto, los que eran creyentes esperaban el Paraíso o el Infierno. Otros, igualmente embaucados, pensaban que se reencarnarían en algún animal terrestre, marino o aéreo. Y no cualquier animal, eh. Reencarnarse en una lombriz, una escolopendra o una sanguijuela está descartado. Pensaban más en un noble caballo, un águila imperial, un atemorizante felino o un fiero oso. Eso sin mencionar a los que creían transformarse en una energía de la que los vivos jamás tenían constancia, o que el eco de lo que fueron reverberaría en la luz de alguna constelación.
Pero aquí están, pobres ingenuos. Millares de ellos en esta nada negra e incognoscible de la que jamás se regresa. Esto último también les supone un duro golpe, ja, ja, ja. A saber qué lavado de cerebro les hicieron en vida. Muchos de ellos se enfadan con sus dioses y entran en conflicto con sus creencias, pero pronto aceptan la verdad de su realidad, si es que se le puede llamar realidad al no ser.
El que tengo al lado me dice que él creía en la vida después de la muerte. Tiene suerte de que yo, en el otro mundo, ejerciera de patólogo forense. Por eso puedo explicarle brevemente, pues me quedan minutos para convertirme en polvo y desaparecer, que está en lo cierto y que en su cuerpo está obrando toda una manifestación microscópica de vida que lo devorará de dentro hacia afuera. Además de las especies necrófagas, como escarabajos y gusanos, que también darán cumplida cuenta de él. Entonces me mira con cara de gilipollas. Con cara de gilipollas muerto.
«Sí, joder, sí», le digo. «Hay vida después de la muerte. ¡Pero no la que imaginabas, borrico!».
Bueno, yo soy de las que creen en la vida después de la muerte, cuando sea el momento te voy contar, si puedo.
ResponderEliminarPero lo que me llama la atención son los que dicen que en otra vida fueron Cleopatra o Alejandro Magno y cosas así, ninguno se reconoce peón de albañil o esclavo, generalmente los que creen en ese tipo de reencarnaciones son artistas, tipo que hablan en revistas o Instagram de su maravillosa vida pasada. Como vez... cada loco con su tema.
Bello día.
mariarosa
Es que sí hay vida después de la muerte. Está demostrada científicamente. La que nos ha vendido el dogma siglo tras siglo, de momento solo se sustenta en la fe. Por cierto, buen punto el que comentas sobre la reencarnación. Nadie se reencarna en un tullido o un indigente. Qué cosas...
EliminarTe agradezco el que me hayas sacado de la ignorancia en que estaba, al no saber que tipo de vida seguía después de esta.
ResponderEliminarUn abrazo cadavérico.
Hola, Sara. De nada. Hasta después de muertos somos útiles. Y eso que algunos humanos, en vida, no valen ni para esconderse. Otro para ti. :)
EliminarLa verdad es que debió ser como quitarle un caramelo a un niño. Quizás si hubiese visto alguna granja de cuerpos en aquella serie del CSI el hombre no hubiera llegado en la ignorancia. Menos mal que estabas tú ahí, convirtiéndote nuevamente en polvo de estrellas.
ResponderEliminarHablando de otra cosa el jueves pasado me llegó un comentario que me hizo acordarme de ti, y de tu famosa entrada 473, y del amplio mundo de los lectores descontentos con nuestros blogs. No se como podré vivir con ello.
Feliz 11 del 11 el día del Ali express entre otras cosas.
Piensa, neuriwoman, que si tinenes un blog exitoso es que algo estás haciendo bien. Pero si encima alguna de tus entradas disgustan o incluso ofenden, es que algo estás haciendo mejor que bien, aunque no sea premeditado. Desconocía lo del Ali Express. Debe ser un engaño en plan Black Friday, ¿no?
EliminarBueno como le dije a ese señor “nunca llueve a gusto de todos” ya que yo no escribo a la carta para nadie. Si no le gustaron entradas más científicas como los Mixomicetos o Los limites de la realidad, pues con no venir esta a camino. Al igual que todo el mundo escribo sobre lo que me apetece. Pero me pareció un tanto surrealista su llamada de atención y su frasecita final “ya no voy a leerte”….
EliminarJa, ja, ja, cuánta educación tiene ese señor.
EliminarVida después de la muerte, más una especulación de conversa de vivos que no asumen que la muerte es la muerte. UN abrazo. Carlos
ResponderEliminarEso mismo creo que yo, Carlos. Al final se imponen las reglas de la Naturaleza. :)
EliminarJo, vaya inicio has tenido, digno de una novela. Bueno, supongo que algo hay después, pero como no lo sé pues no opino, como tú dices al final, pues eso...
ResponderEliminarUn abrazo. 🤗
Hola, Merche. El caso es que, de momento, nadie más hace Lázaro para contárnoslo. Otro para ti. :)
EliminarYa se verá CABRO, ya se verá... cuando te pille en el otro lado, te vas a enterar! ; )
ResponderEliminarEso sí, a mi por favor que me coman necrógafas de esas tuyas y no gusanos q me matan de asco : )
Ja, ja. La única manera de evitarlo es la incineración. Si no, no podrás eludir las leyes inalterables de la Naturaleza por sólido que sea el ataúd. :)
EliminarMira que hay gente puñetera en la vida y, por lo que veo, en la muerte :) Deja que crean, deja que se hagan ilusiones, qué necesidad hay, llegado ya el momento, de andar poniendo puntos sobre las íes....
ResponderEliminarYo creo que los cadáveres se deben enterar de lo que hay como los niños cuando se enteran de que los Tres Reyes Vagos son los padres.:))
EliminarLa importancia del reciclaje.... jejeje.
ResponderEliminarNo hay mejor recicladora que la Naturaleza, ¿verdad? Qué manera tiene de cerrar el círculo. :)
EliminarEstás activo, C. Me alegro. Salud
ResponderEliminarSí, procuro estarlo. Gracias.
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