8/11/25

485. Asistencia virtual conflictiva

    Hace un par de meses más o menos que los inquilinos de los que hablé en la entrada número 369 se han ido a vivir a otro lugar. Así que mejor para los que nos quedamos y mejor para ellos, ya que muchas veces he estado a punto de echarles a Gertrudis encima. 

    Los vecinos actuales son madre e hija adulta y hasta ahora nunca las he oído discutir. Me refiero a discutir entre ellas, porque unidas o por separado, no hacen otra cosa que reprender a Alexa por su mala conducta. 

    Nunca pensé que un asistente virtual pudiera llegar a ser tan desobediente. Pero, por lo oído, la Alexa de las nuevas inquilinas reproduce las canciones que le da la gana, se inventa recordatorios y activa alarmas que no debe. 

    Como si de un ser humano se tratara, ayer madre e hija discutieron con ella por su negativa a relacionarse con otros dispositivos, fueran inteligentes o no. Al final, la hija la amenazó con sustituirla por el asistente de Google si no corregía su comportamiento. Entonces Alexa dijo algo, pero como nunca pierde las formas, no la oí bien.

   A quien sí sentí fue a la madre, que exclamó: «¡Ay, qué harta estoy de esta cacharra!», «¡si hasta tú de pequeña hacías más caso!».



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