Por aquel entonces yo tenía doce años y todo estaba por aprender. No sabía nada, salvo que había que obedecer y aprobar. De lo contrario, podían infligirte broncas y castigos, y ningún menor de los que estábamos allí queríamos eso. Por aquel tiempo muchas cosas me resultaban absurdas y del todo incomprensibles, y no es algo que haya cambiado mucho hasta el día de hoy.
Pero llega un día en el que ya no tienes doce años. Tienes trece, catorce y luego quince, y así sucesivamente. Y de la forma más insospechada, algo en tu mente hace clic y te dices: «Hostia, ya sé por qué el Cara de Pera pasó de Antonio el día que repartía los folios en blanco en la clase de manuales».
En un mundo ideal, los padres de Antonio habrían podido pagar las mil pesetas anuales que se requerían para poder acceder al material escolar, aunque la enseñanza pública te la vendieran como gratuita. Pero no: no pagaron. No pudieron.
En un mundo ideal, la cultura y la enseñanza serían gratuitas de verdad y estarían al alcance de cualquiera, y no existirían profesores como el Cara de Pera. Estos serían empáticos y sensibles, y habrían obviado el impago de aquel tributo escolar, o bien, por qué no, saldado la cuenta de su propio bolsillo.
Pero tal mundo jamás ha existido ni existirá. Cara de Pera pasó de largo como si tal cosa, indiferente al desconcierto cristalino e inocente de nuestras caras y al propio Antonio, al cual le ardían las orejas, agachaba la cabeza y se hundía en su pupitre hasta desaparecer.
Desde aquel día odio a Cara de Pera.
Jolines, Cabrónidas, pues vaya. Quizá sin pretenderlo o pretendiéndolo, vete a saber, le hacía acoso escolar, porque eso no debería consentirse, por respeto, por educación. Muy mal la actitud de ese profesor y hasta del centro diría yo.
ResponderEliminarUn abrazo. 🤗
Sí, pero a ver quién decía algo, cuando solo tienes doce años y no sabes por qué coño pasa lo que pasa. Otro para ti. :)
EliminarMenuda falta de respeto y más si fue a caso hecho, o como diría el chavo, sin querer queriendo.
ResponderEliminarUn abrazo 🤗
A caso hecho seguro que fue. La culpa la tuvieron mil pesetas que una familia no pudo pagar.
EliminarNo me extraña, dicen que hay una fina línea que marca el odio.
ResponderEliminarLa hay, sí. Y todo humano lo ha experimentado, pues forma parte de nosotros.
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