Como siempre, ha vuelto a amanecer y yo he vuelto a despertar. Y como siempre, con cierta resaca del alma y diversos dolores asignados a varios puntos de mi cuerpo. Ya en la ducha, el agua purificadora relaja mis músculos y se lleva consigo la basura residual de mis pesadillas, mientras le doy los buenos días al mundo maldiciendo a todo el imaginario divino y santoral existente.
Debe haber todo un mar de malos sueños y tormento discurriendo por el alcantarillado. En fin, algunas personas también cantan bajo el agua sanitaria y otras no disponen de ella.
Salgo al exterior porque tengo que recargar mi espíritu. Porque estas fiestas, cuando finalizan, se llevan gran parte de mi fuerza vital. Lo haría adentrándome en un bosque hasta perderme en sus susurros, y abrazarme a un gran árbol hasta sentir que me habla. Pero hoy me vale con transitar la ciudad a una hora temprana, cuando sigue medio dormida y el aire aún no está viciado, y respirarlo con toda mi capacidad pulmonar hasta sentirlo como una revitalizante inyección de hielo llenándome por completo.
En ese momento me reconcilio con la ciudad y empiezo a resucitar. Nunca seremos buenos amigos, lo sé, y al final del día puede que volvamos a odiarnos. Pero ahora es ella tal cual, sin engaños. Desprovista de maquillaje y abalorios, mostrando su vejez en millares de intrincadas arrugas alquitranadas, grises y ajadas, bajo un cielo inmenso de blanco nuclear.
Si me detengo y me concentro lo suficiente, puedo oír cómo me habla. Lo hace con un zumbido monocorde de baja frecuencia, que parece provenir de todas partes por igual, envolviéndome. Me cuenta que está dolorida además de cansada. Y la creo, porque percibo más grietas y nuevos matices de óxido en sus incontables estructuras de hierro y hormigón. Pocas veces ella y yo nos entendemos tan bien.
Y aunque no me lo diga, sé que también le han quitado algo.
Y como siempre aquí estamos, que aunque parezca que nada cambia todo es distinto.
ResponderEliminarBesos.
Hola. Todo envejece y nada permanece.
EliminarMe encantó tu día, si bien no me encanta que se te asignen dolores. Me llama la atención que estas fiestas se hayan llevado parte de tu energía vital. Sí, me intriga eso. Lo que sí, celebró que hayas vuelto a despertar.
ResponderEliminarEsto está cargado de realidad, de TU realidad y la de tantos. Gracias por eso.
Me pasa con las tradiciones que duran varios días; que me desgastan. Pero nada como la energía verde de la naturaleza para llenarse de nuevo. Gracias a ti.
EliminarLos iguales se entienden.
ResponderEliminarSí, de no ser así sería imposible.
EliminarY pocas palabras bastan.
EliminarMi ciudad que probablemente sea la tuya también me habla más sincera por las mañanas. Y me gusta más. Si le quito el olor a orina hasta me reconcilio con su desgaste. Y con esa misma certeza que tienes de que le han quitado algo.
ResponderEliminarJajaja, sí. Hay ciertas zonas de la ciudad donde imperan fuertes olores incluso a horas tempranas. La ciudad también sufre porque tiene que soportarnos. A veces se venga.
EliminarOye! Te ha quedado un texto prosa/poético/desahogo/confesión fantástico! ; )
ResponderEliminarEs duro amanecer tras las resacas festivas de tanto exceso, es verdad, máxime si como tú, además emprendiste tu particular cruzada para enmendar los desfases de Santa Claus y los tres pobre reyes ( que en paz descansen; ) Ahora en serio, ha sido precioso este encuentro con tu ciudad y ese miraros a las grietas respectivas con cariño, aunque de reojo aun sea complicada vuestra relación… seguro que ella siente lo mismo por ti ; )
Un abrazo energizante y dos o tres arbolitos reconstituyentes para ambos ; )
Sí, yo creo que la Maquinación ha tenido algo que ver, y no es que me quede muy lejos la zona boscosa, pero sabía que la ciudad tenía que decirme algo. Gracias por la energía extra, que siempre viene bien.:)
EliminarCreo que ya te lo he dicho en más de una ocasión, pero llevas un poeta dentro de ti, que se escapa y sale al exterior y hasta convierte la ciudad, por momentos, en elemento poético. Un abrazo!
ResponderEliminarNo diré que no tienes razón. Si uno se pone delante del teclado, que salga lo que tenga que salir. Agradezco que lo hayas disfrutado y te devuelvo el abrazo. ;9
Eliminar¿Quieres un poco de antiácido? Conozco el mejor. Cuídate y camina.
ResponderEliminarHostia, bicéfalo; mucho sin saber de ti. Tranquilo, lo último de tu comentario lo hago desde hace tiempo.:)
EliminarYo tengo eso amor/odio por la ciudad. Leerte ha sido como estar pensando...Me encanta cómo lo escribiste. Cualquier ciudad del mundo creo que puede provocar todos esos sentimientos. Quizás al principio te embruje luego la rutina y sobretodo el ruido te pasa factura.
ResponderEliminarSí, la relación con la ciudad siempre es complicada y contradictoria. Genial que disfrutaras de la lectura.
EliminarEl fin de año me tocó guardia doble, no quise llevar el auto porque salgo tan cansada, que a veces me da miedo dormirme detrás del volante, la mami me llevó y ese día salí temprano, alrededor de las 8:30 am, cuando pasó por mí me dice emocionada, ¿has visto debajo, en el poste?, hay un búho bebé, me señaló, no veía nada, estaba tan cansada, me acerqué y lo vi, empecé a hablar con él, a decirle que se fuera porque allí corría peligro de ser arrollado, seguí hablándole hasta que voló y se fue a donde supongo tiene su nido o lo que sea donde vive, regresé al auto y el trayecto a casa la ciudad estaba en calma, como recuperándose; ya era tarde pero hacía frío y había una especie de velo cubriendo y haciendo que pareciera semi oscura, fue bonito y relajante.
ResponderEliminarSí, le pueden quitar algo o mucho, pero se recupera, porque no nos necesita y a poco de darle respiro, se eleva solita
Todos necesitamos esos momentos de soledad para recargarnos y descansar los unos de los otros; hasta la ciudad.
EliminarCabro, has descrito muy bien lo que es una ciudad durante la madrugada. En esas horas, la gran ciudad quisiera ser campo, bosque, montaña. Pero su condena a ser ruido, humos, coches, gente, cabreos es eterna. Es el pago que tiene que rendir a eso que llamamos "progreso".
ResponderEliminarNi más ni menos. No es una relación muy idílica la que mantenemos con ella.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHazme caso. Necesitas un editor que no solo se atreva a publicar tu libro, sino que tenga estómago para corregirlo antes. Aparte me ofrezco como lector cero si no encuentras a nadie. Suerte.
EliminarPor cierto, ¿sobre qué temática tratará tu libro? Tengo curiosidad; leo de todo.
Ya veras ten paciencia vos y el que te escribe Diego
EliminarDiego Cabronidas una sola persona que acosa a a las mujeres
Te he reportado
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ResponderEliminarQué divertida obsesión la tuya en creer que mi buen amigo bloguero Diego y yo somos la misma persona. ¿Puedes darme el enlace del periódico? Es para contactar con el director; poseo cierta información; toda una bomba.
EliminarSiempre digo que estas festividades son muy tristes, así que estoy contenta con que hayan terminado. Supongo que si no tienes familia extensa... en mi caso, pocos quedamos. Así que me las tomo con alegría y mucho dormir, y ahora estoy como nueva.
ResponderEliminarNunca hay que descuidar el descanso; el buen descanso.
EliminarYa veras ten paciencia vos y el que te escribe Diego
ResponderEliminarDiego Cabronidas una sola persona que acosa a a las mujeres
Te he reportado
He sentido una perturbación en la Fuerza, pero dudo que haya sido por el reporte.
EliminarHasta la vista sos un buen tipo
EliminarAdios
Lo soy. Pero también, a veces, un incomprendido. Suerte.
EliminarMe recordaste leyéndote esta canción de J.Dutronc Paris, s'éveille (París se despierta) https://www.youtube.com/watch?v=gwmqgjxdXh0
ResponderEliminarHace tiempo que ya no reconozco esta ciudad, y a cualquier hora, la han disfrazado de algo que nunca fue. Le han cambiado el rumbo, invadida por bicis y patinetes, rotondas de flores ajadas donde las latas de cerveza y las colillas han hecho nido.
Recuerdo que solo durante la pandemia logré volver a reconciliarme con ella, cuando desierta, y con aquel salvoconducto impuesto, recordé aquel frescor y libertad que sentí la primera vez que la pisé. Me encantó este texto, Cabrónidas, quizá porque es de esos que comparten un algo que nos toca a muchos de cerca ;)
A según qué horas, cómo la ciudad puede parecer tan distinta. Parece que todas las ciudades tienen esa dualidad. Me alegra que lo disfrutaras.;)
EliminarTú oyes como ella te habla y yo casi casi también la he oído a través de tus palabras. Me ha gustado.
ResponderEliminarSpeedy
Lo celebro entonces y agradezco tus visitas.;)
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