Tuve deseos de odiarte, pero eran deshonestos por mi parte. Porque yo, al igual que tú, también engañé a la persona que amé. Mirándola por encima del hombro, desde arriba, cuando siempre estuve muy por debajo de ella.
A él lo tratabas con displicencia y desdén, y parecías disfrutar con ello. No sé muy bien en qué momento nos volvimos indignos y dejamos de lado el respeto, salvo para pisotearlo cegados de vanidad.
Desde luego ambos merecían algo mucho mejor que nosotros.
Ha pasado mucho tiempo. Mi corazón ha envejecido y solo queda el reconocimiento de errores irreversibles y una catarsis purificadora. Y después de todo aquel montón de mierda, hoy nos hemos vuelto a ver.
Nos hemos reconocido pese al tiempo pasado y la distancia que nos separaba, y he sentido en tu inmovilidad el mismo deseo de acercamiento que has percibido tú en la mía.
Me he imaginado de nuevo contigo, y he recordado aquellos dos animales envenenados que fuimos. Y me he preguntado por qué no cometer una jodida locura allí mismo.
¿A quién coño le importa si de nuevo todo se va a la puta ruina? Seamos otra vez portaestandartes del dolor y la mentira. Tú y yo otra vez.
Pero nos hemos contenido, y segundos después nos hemos movido para continuar con nuestras vidas. Quizá aprendimos algo de todo aquello. Quizá aquello nos cambió y ya no somos los mismos.
En cualquier caso, nos perdemos de vista dejando claro que ni tú te acercarás a mí, ni yo permitiré que lo hagas.
¡Qué duro, qué fuerte!
ResponderEliminarConociendo más de tus facetas, Cabrónidas.
Una segunda lectura me hizo aún más efecto. Tremendo relato con miles de emociones.
Hay cosas que después de ocurridas aprendes que no pueden volver a ocurrir. Incluso hay cosas que no debieran ocurrir nunca.
EliminarEsa duda de imaginarme con quien en su momento no pude estar, ese dejarlo pasar, ese convecimiento de que "los de entonces ya no somos los mismos"... Me he metido en esa historia como si fuera la mía. Ya verás que le va a pasar a más de uno. Es universal.
ResponderEliminarImagino varias reacciones al respecto. Y qué cierto que es universal y vieja como el mundo.
EliminarHas alargado tu vida diez años con esa decisión.
ResponderEliminarPuedo decir con vehemencia que así ha sido. Y la de otros también.
EliminarLa vida es ensayo y error. Si no analizamos lo que nos ocurra, difícilmente dejamos de caer una y otra vez. Parece ser que tu protagonista ha aprendido.
ResponderEliminarSAludos.
Hola, Manuela. Así es, conviene detenerse ante la tentación y gastar voluntad.
EliminarSin lugar a dudas una buena decisión, uno tiene que aprender de los errores.
ResponderEliminarSí. El daño está hecho, pero al menos procurar no repetirlo.
EliminarHay que saber cuándo quedarse y también cuándo terminar.
ResponderEliminarAsí es, Tarambana.Hay que superar esos segundos de tentación y permanecer en el equilibrio.
EliminarHay personas que son como reacciones químicas explosivas. Cuando van por separado son estables, pero en cuanto se juntan hay una explosión, algunas mutilaciones y un par de muertos... la tentación de acercarse es muy grande, por suerte la vida a veces nos hace madurar un poco... a veces ;)
ResponderEliminarHay duros aprendizajes, pero el caso es quedarse con la lección.
EliminarNo has tropezado dos veces con la misma piedra, es de admirar.
ResponderEliminarBesos.
Veremos si eso sigue en el futuro.
EliminarUn relato intenso con fuerza, de todo se aprende y se crce
ResponderEliminareso hace valorarse y pensar que no está un@ para cualquiera.
Pues los latidos son sagrados y así las personas.
Sí, de todo se aprende y luego hay que saber aplicar lo aprendido.;)
EliminarDejé un comentario pero veo que no aparece, aunque me llega el seguimiento de los comentarios que dejan los demás en la entrada. No es tu blog el único en el que me ha pasado esto hoy.
ResponderEliminarBesos.
Sí, a veces pasa. Incluso luego aparece al día siguiente.
EliminarDifícil volver al masoquismo amoroso, cuando ha costado tanto dolor, Un abrazo. carlos
ResponderEliminarHola. Sí, mejor aplicar lo aprendido y no alterar el orden natural de las cosas.
EliminarA veces ese dolor se puede disimular por un minuto y dejar que todo se pudra nuevamente por única vez.
ResponderEliminarAbrazos desde el aire.
Te sigo.
Eso sería muy arriesgado. Casi supondría un suicidio y la vuelta a unas sensaciones nada agradables. Bienvenido y que disfrutes.:)
EliminarUnirse para hacerse daño, una locura, sería volver a un bucle de dolor e insatisfacción; y qué me dices del masoquismo ... Me recordaste que antes de mi divorcio, tres veces tres acepté sin desearlo su regreso, pero desde el '' como desees '' ya estaba arrepentida
ResponderEliminarQue tengas un maravilloso fin de semana, Cabrónidas
Mejor detenerse y pensárselo dos veces. Gracias e igualmente.:)
Eliminar"aquellos dos animales envenenados que fuimos..."
ResponderEliminarUno sólo puede decir eso cuando ya no está en el mismo lugar. Muy bueno.
El pasado ahí queda y, depende de cómo sea, no conviene quedarse en él. Agradecido estoy de que lo hayas disfrutado.
EliminarTal y como dice Beauséant son relaciones explosivas. Un abrazo
ResponderEliminarHola! Sí, es cierto. Más vale no explotar una segunda vez.
EliminarActuar en contra de los deseos internos es duro y jodido. Si es por convencimiento bien pero si es por cobardía el pago es más alto. La omisión también es acción.
ResponderEliminarSolo se puede pretender no errar de nuevo sobre lo mismo.
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