22/11/21

85. Sinceridad de campanario

    Hay un buen puñado de indeseables —hombres, mujeres, y los que no son ni una cosa ni otra— que confunden la sinceridad con el irrespeto. Utilizar la sinceridad es difícil. Hay que saber buscar el momento y las palabras adecuadas y sobre todo, utilizarla cuando te la piden. Cualquier otra cosa que escape a lo antedicho es ser un bocazas de mierda, cuando no un dañino y un hijo de puta. Ya sabes, comportamientos que nos son de uso fácil por innatos.

    Como supongo que en principio nadie quiere parecer subnormal —y algunos entendemos que no hay porque serlo cada día—, y mucho menos quedarse en la más absoluta soledad, utilizamos la mentira piadosa o bien la diplomacia, que vendría a ser algo así como la cara amable de la hipocresía. Aunque creo que si la usamos en demasía, al final acabamos mintiendo por sistema y convirtiéndola en enfermedad. La misma que padecen aquellos que creen ser sinceros y cuando hablan de sí mismos terminan por creerse sus propias mentiras. 

    El caso es que cuando al bocazas, al hijo de puta y al dañino les administras la misma medicina que recetan para los demás, se ofenden como si eso fuera un ataque a su soberbia, de la cual van siempre borrachos y nunca reconocen. Puede que la sinceridad bien empleada sea difícil, pero muy fácil utilizarla contra la gentuza que la pervierten.

    A fin y al cabo, la verdad siempre se abre camino por sí sola de una manera u otra, poniendo a todos en su sitio.


19 comentarios:

  1. Cuando alguien pregunta: ¿quieres que te sea sincero? la contestación adecuada sería: Sí, pero en tu casa.
    Esos profetas disfrazados de verdad que intentan revestir de sinceridad lo que solo es grosería y mala educación...y si pueden, con la excusa lanzan el insulto sin anestesia...

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    1. Así es. Pero son blanco fácil de la propia sinceridad; de la de verdad.

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  2. Cierto, mi abuela decía que la mentira tenía las patas cortas

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    1. Mentir está al alcance de todos; la sinceridad bien empleada es un arte al alcance de unos pocos.

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    2. Eso exactamente, UN ARTE, porque aplicarla sin dañar es el chiste y esto depende de la integridad del ser humano.

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    3. Sí, hay algunos a los que no se les puede ni toser. Y suelen ser aquellos que tienen sinceridad para todos.

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  3. En muchas situaciones ser sincero es hacer daño al otro, aunque no se quiera. Y son exactamente esos, los que no quieren hacer daño, los que buscan las mejores palabras para sincerarse. El resto debería de tener la boca cerrada.

    Besos.

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  4. Es un fenómeno eso de que la gente al ser sincera necesita revestirse de valor asumiendo una actitud por demás majadera y pareciera "a la defensiva" como si eso fuese necesario. Por eso,en verdad es un arte. Tú Cabrónidas, por ejemplo, llegas a utilizar el sarcasmo sin herir a nadie y nos sacas muchas sonrisas. Eso, se agradece.

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    1. Gracias, pero te aseguro que no todos piensan lo mismo. Y bueno, también está bien.

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  5. Es difícil. Todo es difícil. En los diálogos, la comunicación igual que la vida se va por la cuerda floja, siempre haciendo equilibrio para no caerte.

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    1. Creo que a veces complicamos mucho las cosas, cuando no lo son tanto.

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  6. Es que entre sinceridad y falta de respeto hay una línea tan, pero tan tenue.

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  7. Con el tiempo la verdad sale a la luz, pero a veces tarda demasiado!

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  8. Lo que sí que es verdad es que los bocazas son los que menos soportan a los bocazas. Parece mentira que no aprendan a no serlo.

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    1. Yo creo que el bocazas también es corto y por eso no aprenden.

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