13/9/21

65. De cuando iba al cine

    Cuando era niño, asistía en grupo a las sesiones maratonianas de siete horas de terror y siete horas de risa que se daban muchos domingos en el cine de mi pueblo. Estuve yendo con cierta asiduidad a diversas salas hasta el estreno de Terminator Génesis (2015). Durante todos esos años de cinefilia, he padecido, en mayor o menor grado, lo que tuve a bien llamar bucle cojonero. Esto viene a cuento de que yo, cuando iba al cine, incluso cuando era un mocoso de doce años, salvo contadas excepciones, las pelis las veía calladito y sin dar por culo. Y he mantenido ese comportamiento en la adolescencia y la edad adulta.

    Pero el infortunio me perseguía, y por grande que fuera la sala de cine, mi espacio vital de audición acababa invadido por los aullidos de una vociferante turba unisex de adolescentes, a los que había que recordar que el cine no era la peluquería ni un foro de MotoGP. Luego, cuando enmudecían y cesaban de agigantar el malestar de los espectadores cercanos con sus mierdas de juventud, pasados unos minutos daba inicio el bucle cojonero. Es decir: lo mismo se ponían a sufrir más que los actores y actrices, como que se susurraban entre ellos lo que ocurría en todos y cada uno de los fotogramas, como si el resto de espectadores fuéramos invidentes. ¡Si estábamos todos viendo lo mismo, cojones!

    No sé ahora, pero antes sucedía. Esa conducta de extrema idiotez me hacía pensar en explosiones nucleares como un medio para erradicar a esa casta de subnormales insoportables, cuyos nulos modales son connaturales a los de sus putos padres que no los educan. Encima, los medios de (des) información me quisieron hacer creer que la asistencia a los cines había descendido por la aparición de internet y las descargas ilegales. Una mierda bien gorda para ellos.

    ¡La gente dejó de ir al cine por el bucle cojonero!


10 comentarios:

  1. Pues hace tiempo que no voy al cine, me has recordado que existe. Creo que se dejó de ir por el barullo, por internet, por las tv de pago, por las descargas ilegales y por el precio.

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  2. Yo sigo acudiendo a las salas de cine, porque me encanta, pero ahora las molestias han evolucionado. Cosas de la tecnología. Junto con los 'bucles cojoneros' (en menor medida) conviven 'las luces porculeras del móvil' (no sé qué es peor). No sé para qué pagan una entrada de cine si en lugar de ver la pantalla del cine sólo miran la pantalla del móvil. Me entran ganas de estamparles el móvil contra el suelo. De momento, me limito a llamarles la atención. Mucha falta de educación y cultura.

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    1. Vaya, así que el "bucle cojonero" ha evolucionado. Me temía algo así. Y los putos padres de esa nueva generación de hijos de puta, siguen sin educarlos.

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    2. Te sorprendería si te dijera que son peores los más mayores, en el teatro aún es peor, miran el móvil y hasta les suena y como no saben pararlo o ponerlo en silencio es un desagradable espectáculo el que forman. Una falta de respeto a los actores que a veces tienen que parar la representación y en consecuencia una falta de respeto al resto del público educado. Así que el panorama es...Yo prohibía la entrada con móvil en cines y teatros o que en esos espacios se inhiba la señal para que no funcionen. Es desesperante.

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    3. Claro, los mayores y de tal palo tal astilla. ¿Por qué costará tanto poner el móvil en silencio durante un rato con lo fácil que resulta, y luego, con lo difícil que es, esos mismos hijoputas andan por la calle con la mirada en el móvil sin darse contra nada?

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  3. nos hemos acostumbrado tanto a estar en todas partes, siempre conectados, siempre dando nuestra opinión, que no somos capaces de estar dos horas sentados en un sitio... a los diez minutos ya hay que mirar el mail, hacer un comentario o desear estar en otra parte. Es agotador.

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    1. Somos más esclavos que antes en ese sentido. Y nos hemos olvidado de cómo vivir con tranquilidad

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  4. Mientras sólo hablen y no se tiren entre ellos (o te tiren a ti) cosas, como palomitas o chicles, ni tan mal. ;P

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    1. Por aquel tiempo se me iba un poco la castaña. Si me llegan a tirar cosas lío tal pollo, que bien nos echan fuera, a mí o a ellos, o tienen que parar la emisión.

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