Nadie sabe con exactitud la edad del viejo sepulturero. Incluso él ha perdido la cuenta de sus años cumplidos. También se dice que ha enterrado a gente muy, muy vieja. A pesar de ello, el viejo sepulturero no es más aliado de la muerte que las heladas invernales, los desastres naturales, la desigualdad de la geoeconomía y la sequía y hambruna globales.
El fuego incinerador y la madera de los ataúdes —cara o barata—, tampoco son más cómplices de la muerte que la desesperanza, las estrategias esclavizantes del mercado o el futuro anhelado que nunca llega. Ni siquiera el diablo es más coautor del fin de la vida que los misiles inteligentes, las decisiones del imperio y la violencia de esas odiosas criaturas bípedas que pueblan el planeta.
Incluso la fecha de caducidad que señala nuestro último viaje, tiene menos culpa que ese dios que no te salva, que nunca llega y desoye los ruegos. Tanto es así, que el viejo sepulturero ha presenciado el paso de los siglos y de mil y un cadáveres. Podría jurar, no en vano y desde los cuatro eones de la historia de la Tierra, que en el destino inevitable de morirse, la muerte como tal siempre es la única inocente.
El viejo sepulturero o la muerte no hacen más que cumplir con su trabajo, y ya sabemos que no siempre nos gusta nuestro trabajo.
ResponderEliminarBesos.
Si nos gustara dejaría de serlo. O eso dicen.:)
EliminarSiempre llega y te deja claro que tiene la última palabra.
ResponderEliminarNo existe nada más justo y objetivo que ella.
EliminarYo conocí a otro viejo sepulturero, tiempo ha que cría malvas. Tenía la cara arrugada y seca, y disfrutaba hablando del trajín de la fosa común, de los ataudes podridos, huesos mondos y calaveras rotas. Lo contaba con una sonrisa guasona. Ahí entendí yo que hasta en los cementerios habita el humor.
ResponderEliminarSupongo que por viejo que sea, al de la entrada también le tocará ser cadáver un día u otro. Claro que en le cementerio hay humor; incluso algunas calaveras sonríen.:)
EliminarInteresantísima reflexión. Deberíamos de estar agradecidos de tener un igualador en la sociedad como lo es la muerte.
ResponderEliminarEs una igualadora insuperable. Y necesaria si no fuera porque somos muy aborrecibles y destructores.
EliminarYa sabes, entre todos la mataron y ella sola se murió.. nadie es culpable... pero todos son culpables.
ResponderEliminarNadie es del todo inocente. Mientras, a ver si viene alguien o algo del otro lado, y nos demuestra que la muerte no es lo más. Lo más de todo, quiero decir.
EliminarLa vida en sí, tiene un principio y un final, nadie es culpable de eso.. la mayoría de los que nombras lo son por adelantarlo, aunque la lista es infinita.. el viejo sepulturero sólo envuelve en tierra o mete en huecos a los muertos. Si te paras a pensarlo, en realidad es como un jardinero que planta para que nazca vida en ellos… de otro tipo : )
ResponderEliminarJajaja, bueno, me paro a pensarlo pero no lo acabo de ver. ¿De qué tipo?
EliminarEn realidad los culpables somos nosotros, por nacer, aunque claro, tampoco, porque de eso tienen la culpa dos personas, en la mayor parte de los casos, que no tuvieron dolor de cabeza.
ResponderEliminarA veces es muy cansino buscar culpables y total, qué más da quién tenga la culpa? Si al final voy a morir igual.
Eso sí, prefiero ser sepulturera que maquilladora de cadáveres, ser culpable de haber llevado a alguien ante la presencia del Altísimo mal maquillado, no podría con ello ;)
Por supuesto, buena imagen hasta en la muerte. Y luego nos quieren convencer de que la imagen no es para tanto. Malditos hipócritas.:)
EliminarYa lo decían las protas de la serie Embrujadas, expertas en luchar contra demonios: "la muerte no es el mal" (referencia a clásicos audiovisuales del nivel de Shakespeare, ¿eh? No te quejarás) jajaja
ResponderEliminarTodo lo contrario. El mal sería no morirse nunca y estar siempre enfermo, jajaja.
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