Antes de ayer se cumplió un año desde que hicimos un alto en el camino para despedir a uno de los nuestros. El último adiós de quien se ha ido para siempre dejando una ausencia tan prematura como insustituible. Se fue de la peor manera, dejándonos con un desconcierto que cayó sobre nosotros como un cielo de cemento. De qué modo entender lo incompresible. Dónde poder encontrar un motivo cuando no se sabe dónde buscar. Cómo explicar el sinsentido. Cuándo fue la primera vez que se asomó al borde del precipicio. Las respuestas se quedarán ahí en no sé dónde, marchitándose con la herrumbre del tiempo hasta desaparecer, quedando solo el recuerdo.
La muerte es tan inexplicable como la vida. La busquemos o no, siempre te encuentra. Cuestión de tiempo.
ResponderEliminarSAludos.
Hola. En mi caso, no necesito explicación para la muerte. Sí para el suicidio.
EliminarCierto para los demás, los que lo querían, nunca tiene explicación y solo deja decepción y desconcierto que se suma al dolor.
ResponderEliminarPero todo tiene un porqué aunque tú y los demás no puedan explicárselo.
Pienso que el dolor y el sufrimiento sea cual sea, es tanto que de pronto la única solución que encuentran es esa.
La vida es tan complicada...
Sí. Siempre quedará el por qué lo hizo. La eterna pregunta.
EliminarSiempre se presenta sin respuestas, dejándonos solo el recuerdo de quien era parte del afecto familiar. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarAsí es. Las respuestas se las lleva consigo el que decide cruzar esa línea.
EliminarLo siento mucho, no hay respuestas válidas para un hecho tan doloroso. Un abrazo.
ResponderEliminarNo las hay. Solo desconcierto e incomprensión.
EliminarHola, Cabrónidas. Pues las puñaladas de la vida. Esperemos que no nos de muchas más, pero alguna siempre te llevas, y joder como duelen. Un abrazo, compañero.
ResponderEliminarHola. Ocurre más de lo que nos pensamos y siempre parece que no nos puede tocar tan de cerca. Hasta hace un año no me interesaba el tema, pero ahora que he leído y me he informado a fondo, es increíble las carencias y falta de interés que tiene el Estado para la prevención del suicidio.
EliminarLa terrible guadaña es tan inexplicable que la respuesta es aún más complicada.
ResponderEliminarUn abrazo
Ya nadie puede responder. Solo el vacío.
EliminarSuicidarse es cerrar una puerta, la de la sala de espera.
ResponderEliminarPienso que es mejor esperar. Y mientras se espera, vivir. La de la guadaña que llegue sin forzarla.
EliminarLo siento mucho, agrava la intensidad de un dolor de por sí muy fuerte. Claro que es inexplicable.
ResponderEliminarPrevención... Sí, se habla mucho de eso. Por lo pronto nunca dejar de dar importancia a "avisos", que suelen hacerlos.
Al fin supe tu nombre... Un abrazo, Carlos.
Hola. En lo que se refiere a mi experiencia, no hubo nunca ningún aviso ni la más mínima sospecha. Nada de nada. Por eso resulta tan incomprensible. Carlos tampoco es mi nombre.;)
EliminarLo siento un montón y te mando un abrazo gigante.
ResponderEliminarSe agradece.
EliminarEste tipo de aniversarios son una mierda. E imposibles de olvidar.
ResponderEliminarBesos.
Se quedan para siempre aunque no quieras.
EliminarNo sé muy bien qué comentar. Yo perdí a mi madre sola, triste y confinada. Se la llevó el covid, y entre seis hijos/hijas y once nietos/nietas, nadie pudo agarrarle la mano en le último momento. Ella sola y ausutada se nos fue. Sin más.
ResponderEliminarSé que es distinta tu situación y yo que lo he vivido de cerca, aunque no en mi familia, comparto contigo la idea de que no siempre hay señales. A veces es tan inesperado que duele sin consuelo. Te mando un abrazo virtual, sincero.
Saludos
Hola, gracias. Supongo que por mucho que conoces a una persona, si esa persona no quiere que nadie se entere de lo que le pasa, lo consigue.
Eliminar¡Hola!
ResponderEliminarNo puedo imaginar lo difícil que puede ser este momento. lamento tu pérdida.
Un saludo
Hola. Ya hace un año. Se hace extraño.
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