Los caminos de Subnormal 3.0 y Retrasada 3.0 se cruzaron un sábado noche en una discoteca de las afueras de la ciudad. Y como sintieron atracción mutua por sus envoltorios afortunados, decidieron unir sus vidas, contribuyendo así al desmejoramiento de la sociedad, si es que eso todavía era posible.
Aquellos dos seres superficiales tenían mucho en común. Por ejemplo, no habían conseguido la titulación de la ESO por pura molicie, y tenían la intención de ganarse la vida como creadores de contenido digital. Quizá eran un poco incultos, pero no del todo idiotas. Sabían que existe todo un público tan pobre de mente como ellos, comprendido entre los dieciséis y los cuarenta y cinco años, del cual podrían enriquecerse.
Lo tenían fácil, ya que en sus respectivas redes contaban con un grueso más que notable de seguidores. Ahora solo se trataba de unir sus inexistentes talentos, formarse un poco al respecto y ofrecer la mierda adecuada de la forma correcta: promover el consumismo, crear ansiedad e inseguridad en las personas más discapacitadas de su potencial audiencia y generarles presión por alcanzar estándares de vida ficcionados.
Lo normal desde hace unos años. Lo crucial para las tres últimas generaciones de humanos de las ocho reconocidas.
En poco más de un año, la estulticia superlativa de la masa generó cuantiosos ingresos para los canales de la influyente Retrasada 3.0 y del youtubero Subnormal 3.0. Sin embargo, eso no fue nada cuando, al cabo de dos años de convivencia en red y en la vida real, se casaron por streaming y duplicaron sus ganancias.
Sus detractores cibernéticos siempre cuestionaban el contenido de la que ya era la pareja más lucrativa de la red. Y quizá estaban en lo cierto e incluso era moralmente necesario expresarlo. Sin embargo, no habían entendido, o aceptado, que Retrasada 3.0 y Subnormal 3.0 eran inocentes de las conductas que generaban sus contenidos, dado que existe el libre albedrío. Por consiguiente, era muy sencillo y conveniente responsabilizar a los de su gremio por una incapacidad educativa de las instituciones escolar y familiar.
La renombrada y pudiente parejita solo obedecía a la demanda de una sociedad que se caía a pedazos desde hacía ya mucho tiempo. Y este pasó y siguieron apareciendo youtubers e influencers que conocieron el éxito por su recreación de refritos, a la par que blogs personales como el tuyo y el mío desaparecían porque ya no importaban. Por supuesto, la sociedad continuó desmoronándose sin que nadie se responsabilizara de ello. Lo que no pasó es que un cometa del tamaño de Australia fuera a colisionar con la Tierra. Y de pasar, nadie miraría arriba.
También ocurrió que Retrasada 3.0 y Subnormal 3.0 decidieron celebrar en directo que llevaban un lustro de adinerado matrimonio. Lo hicieron montados en uno de sus coches de gama alta, conduciendo a toda velocidad por un circuito que alquilaron para ellos solos. En la tercera vuelta, el vehículo derrapó en una curva mortal, dio tres aparatosas vueltas de campana y ambos murieron ante la atónita mirada de sus veinte millones de seguidores de habla hispana.
Varios de sus compañeros de profesión se hicieron eco y lloraron como cocodrilos ante las cámaras de sus canales. También lo celebraron en la intimidad de sus casas, pues se habían librado de una dura competencia. Tres de sus seguidores, un hombre de treinta y siete años y dos chicas, una de dieciocho y la otra de veinte, se quitaron la vida. Es lo que tiene la idolatría propiciada por la carencia de cariño paterno-materno durante la infancia y de las neuronas suficientes para el correcto funcionamiento del cerebro.
No sé si alguien más se dio cuenta, porque el mundo va rápido y lo que muere se olvida pronto. Pero a los pocos días del entierro de los cinco cadáveres, cinco de las estrellas más insignificantes del firmamento dejaron de brillar, y por breves momentos la maltrecha sociedad mejoró un poco.
Jajajajajajajaja
ResponderEliminarMuy bueno, Cabrónidas, no pasa nada si vuelven a aparecer, aunque me temo que esa especie se está proliferando como la espuma, ¡qué poco sentido común hay!
Un abrazo. :)
La de ellos prolifera y la nuestra languidece a pasos agigantados. Celebro que te gustara. Otro para ti. :)
EliminarNo puede lucharse contra la masa, te acaba devorando, es mejor aplaudir como focas amaestradas.
ResponderEliminarEn el fondo tuvieron suerte de morir en lo más alto de su fama, lo normal es que vayan languideciendo e inventándose dramas para no perder espectadores hasta que les pillan en una trampa y caen en el olvido. Si hay algo que nos gusta más que un famoso, es poder golpear a un famoso caído ;)
Saludos
Hola, Beauséant. A mí no me desagradan. Me desagradan las personas que les generan ganancias. O quizá me desagrada su poca exigencia y nulo gusto. Y tampoco tanto. A fin cuentas somos así... :)
EliminarA pesar de esa vaciedad del exitismo y la competencia, ese mundo virtual es aún más inhumano y afectado por la idea de capitalizar. No de amar. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarEs así, Carlos, es así. Y aún así...
EliminarEs grande la estupidez humana. Esos imbéciles se inflan los bolsillos con tanto ignorante siguiéndolos. Es inconcebible. Los hacen millonarios.
ResponderEliminarUn abrazo.
Insólito, sin duda. Pero dolorosamente real. :)
EliminarMuy bueno el retrato de estos dos gurús de redes.Únicamente creo q te faltó retratar las ordas de haters, creo que esa masa informe que se está creando al rededor las redes es como una hidra de cien cabezas que se nos va a terminar comiendo a todos.. que potencien el consumismo y el descerebre es malo, pero que alimenten el odio como lo alimentan aun bastante peor, la mitad de los conspiranoicos, negacionistas y gente se semejante calibre han nacido a la sobra de las redes .. los poderosos desaprensivos lo saben y maniplan a la masa embobada como quiere .. ¿Sabes qué? empiezo a pensar como vosotros, creo que necesitamos urgentemente un meteorito jajaja Mil gracias, está muy bien ( d)escrito!
ResponderEliminarLos odiadores, en cierto modo, les hacen propaganda cuando hablan de ellos en sus canales una y otra vez. Es como que la mierda se retroalimenta. Gracias a ti en todo caso. Celebro que hayas disfrutado la entrada. :)
Eliminar¡Vive la vida loca! Este podía ser el título de la gran novela de éxito del 2025. Superaría al premio Planeta, pero con mucho. Tú sí que sabes escribir, en esta síntesis tienes la introducción, el nudo y el desenlace. Meterle más mierda de lo mismo y te sale un novelón de..., bueno, tampoco muchas páginas, que los compradores, lectores no son, pero les encantará tener el libro de sus héroes favoritos y más ahora que han muerto.
ResponderEliminarJa, ja, se podrían desarrollar algo más las tres partes de la historia y que fuera novela corta en lugar de trilogía. Pero, ¿y si esos dos personajes acaban por convertirse en mártires? ;)
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