Estos últimos seis meses llevo escuchada demasiada música oscura. También demasiados libros de terror leídos. Tantos como películas visionadas del mismo género. Y aunque nada de eso logrará superar nunca el mundo de espanto en el que vivimos, semejante adicción a la tiniebla no es buena, joder, no es buena.
Tanto es así, que hoy me he despertado en mitad de la noche, señalando una esquina de la habitación y susurrando ahogadamente: ¡Strigoi, strigoi! Aunque, al encender la luz, me he dado cuenta de que señalaba el móvil, cuya alarma programé para que me despertara porque tengo que ir a currar.
Supongo que tengo que abundar más en otros géneros literarios, musicales y cinematográficos. Pero eso tampoco va a cambiar el hecho de que las vacaciones se han acabado. ¿Acaso, en el mundo occidental de los bien acomodados, existe algo más terrorífico?
No invoques a la oscuridad, ella se hace presente sin que la busques.
ResponderEliminarAbrazos.
Hola, Sara. Debo estar algo sugestionado. ;)
EliminarEso sería la senda del esclavo seis: se acabaron las vacaciones... Bueno, míralo por el lado bueno, pronto habrá algún puente. Menos es nada.
ResponderEliminarUn abrazo. 🤗
Hola, Merche. Con los turnos que tengo (7x7) los puentes quedan invalidados, y descanso cuando me toca según cuadrante esclavista, ja, ja.
EliminarSe deduce,
ResponderEliminarque andas
leyendo a
Nosferatu ,
o derivados .