No son pocas las veces que he estado a punto de castrar a ese condenado muchacho. Aun cuando me salvó de la disciplina esclavista de tío Vasile y hermanas, poniendo en peligro sus propios intereses de fuga. Desde aquel día se convirtió en un miembro más de la familia, que siempre es lo primero. Y yo, sin ser jardinero, siempre cuido de mi propio jardín. Ustedes ya me entienden.
Después de aquello mi negocio empezó a crecer y le ofrecí la posibilidad de formar parte. A cambio de comida y alojamiento, él sólo tenía que transportar hasta mis aposentos el dinero sustraído. Pero durante el periodo de prueba no me trajo más que disgustos. A veces bebía de más, y ante la concurrencia que fuera, presumía con alarmante indiscreción de que su trabajo era especial. Incluso una noche atropelló a uno de mis empleados en plena faena, causándome pérdidas enormes, incluidas el coche.
Mis informadores no paraban de decírmelo: «Gran Jefe, ese chico no sabe mantener la boca cerrada ni está preparado para una vida tan intensa. Tenga su cinta de cuero. O mejor: deshágase de él». Tuve deseos de hacerlo, no crean, pero le debía una oportunidad. Una de la que escapó airoso por los pelos. Aún hoy me despierto sudoroso, agarrado a mi cinta de cuero y gritando su nombre, maldito sea.
Desde aquel día supe que lo mejor era tenerlo tan cerca de mí como fuera posible, así que lo invité a que se mudara a la mansión. Él aceptó y en señal de agradecimiento me regaló un jamón de pata negra. No esa basura plastificada que venden en los grandes almacenes, no. Sino esa clase de jamón que al catarlo te eleva del suelo, te hace cerrar los ojos y brotar las lágrimas.
El caso es que con el jamón también me traje los problemas a casa.
Esa misma semana montamos en la mansión una fiesta por todo lo alto. Bebimos mares de Tuica, cantamos canciones rumanas populares hasta la afonía, y disparamos toneladas de munición ofrendada al cielo. Noche de felicidad y futuro incierto. Aquel descerebrado bebió tanto licor como agua derramada en el diluvio bíblico, y cuando se acabó la Tuica, quería invitarnos a cerveza robada, que según él sabe mejor.
Me informaron de que ya lo había hecho otras veces en fiestas posteriores. El muy granuja saboteaba el reproductor de música, y mientras el barman volcaba su atención en el cableado del aparato, irrumpían en el almacén cuatro muertos de hambre contratados por él, y al rato salían con las cajas de cerveza cargadas sobre el hombro. Condenado muchacho, durante un tiempo creí que aquellos cascos de cerveza vacíos eran de mi propiedad, y no de los clubs de las bandas organizadas con las que tengo serios acuerdos. Tuve que mediar en persona para que la ciudad no se tiñera de sangre.
Ahí no acabó todo.
Una noche, mientras miraba al vacío desde lo ventanales superiores de la mansión, lo vi llegar montado en una bicicleta que conducía como un pollo sin cabeza. Entre el manillar y sus brazos había una chica que se cubría los ojos y no paraba de reír. Cuando cayeron al suelo, la chica siguió riéndose, con el pecho descubierto, sin poder levantarse. El muy bastardo sí lo consiguió, y se meó en los setos que adornan la entrada de la mansión, además de vomitar en las escaleras, mientras la chica lo señalaba desde el suelo sin parar de carcajear.
Aquella misma noche tuve que hacer varias llamadas comprometidas, y preparar un par de maletines con destino al Palacio de Cotroceni, cuando supimos que aquella pobre muchacha era la hija del presidente. No podía creerlo: ese condenado estúpido había vuelto a poner en entredicho mi reputación.
¿Saben qué es lo peor? Que desde ayer mi pequeña ha empezado a salir con él. Y no puedo soportarlo, por mucho que tampoco puedo negar lo que presencié aquella madrugada en la que las pelotas del muchacho estuvieron a punto de ser historia. Ahora me doy cuenta de que fue un error. Quién iba a pensar... Si mi mujer estuviera viva; ella siempre sabía lo que hacer; tenía todas las respuestas. Y ahora mi pequeña está con ese idiota en algún lugar de la ciudad. No negaré que siento cierto afecto por el chico: la fuga, aquel jamón... Pero ya no me queda más capacidad de perdón, por lo que aquí estoy, con mi cinta de cuero entre las manos, a la espera de su regreso con sabe dios qué problemas.
En fin... Creen que exagero, ¿verdad?
Jajaja, ustedes no conocen a Cabrónidas como yo.
Jajajaja... Bueno, si a su hija le gusta, algo bueno debe de tener
ResponderEliminarBesos
Sí, aunque haya que fijarse mucho para verlo.:))
EliminarBuenísimo, de verdad. Los hechos desde la óptica de Dragosi. Sí señor, qué gran idea has tenido. Todo encaja a la perfección... y el tal Cabrónidas es toda una joyita. Tanto que hasta Dragosi puede dar un poco de pena.
ResponderEliminarAh... y el noviazgo con la hija, ja ja ja. Ya me olía algo.
Muy bueno.
Más bueno aún que lo hayas disfrutado. Gracias de veras.;)
EliminarTodo lo que comienza mal, termina peor. Ahora existen infinitos Cabrónidas para todas las infinitas variaciones de lo que le podría haber pasado. Espero volver a verlo protagonizar otras peripecias en otros universos paralelos.
ResponderEliminarNunca se sabe. Dejaremos que durante un tiempo Cabrónidas y el resto de personajes disfruten en la medida que puedan.Dejaremos que ocurran cosas...:)
EliminarSabía que no me la vendría venir pero todavía me la he visto venir incluso menos. Si al final hasta Dragosi parece un santo. Pero bueno, llamándose uno Cabrónidas... ¿Qué puede salir mal?
ResponderEliminarEspero que cuando llegué no utilice su cinta de cuero...
EliminarLas maravillosas desventuras del antihéroe del pueblo, brindo por tí 🍻
ResponderEliminarYo no lo habría definido mejor. ¡Brindemos pues!:))
EliminarEn el fondo estás encantado que el condenado muchacho esté de novio con tu nena. Claro, como suegro tienes que guardar las apariencias de hombre duro, pero se te va a caer la baba en cuanto te diga que vas a ser abuelo. ¡Ja,ja, ja!
ResponderEliminarBueno, está claro que tarde o temprano Dragosi va a necesitar un sucesor:)
EliminarLa espera ha valido la pena.
ResponderEliminarEstoy segura de que al final no utilizará la cinta de cuero porque aunque con el paso del tiempo las hagas más gordas, él más cariño te habrá cogido.
Me ha encantado.
Besos.
Gracias. Estupendo que hayas disfrutado. Quién sabe lo que deparará el futuro...
EliminarTodo se perdona hasta que te tocan lo mas sagrado. El muchacho es listo, pero siempre hay alguien mas sabio.
ResponderEliminarNo conviene jugar con fuego y tentar a la suerte, que al final se acaba.
EliminarAhora todo encaja, me ha gustado mucho... y hasta has logrado que me de algo de pena Dragosi :)
ResponderEliminarLa historia, al ir por entregas y tal como la he desarrollado puede llevar a equívocos de interpretación. Pero si se hace una lectura seguida de las cinco partes, como bien dices, todo encaja. O al menos eso he pretendido, sin que por ello la historia tenga el típico desarrollo estándar inicio-nudo-desenlace. Me alegro de veras que te haya gustado.:)
EliminarHasta la mitad no me di cuenta que era Dragosi quien contaba la historia y no al revés…
ResponderEliminarFíjate que cuando dices que iba pedalenado con una chica en el manillar pensé.. ¿será otra enanita? porque grande no cabe y no podría con ella jajaja Y ... ¡¡eras tú!! Jaja Y tb eres tú el roba cervezas, el del jamón y el que va a heredar el trono de Dragosi… no, la cinta de cuero no la pruebas, si estás con su niña, mínimo te invitará a un puro o a unas lonchas del jamòn… Bravo CABRO! si publicas avisa ; )
Bueno, no creo que yo llegara nunca a estar preparado para manejar el imperio de Dragosi. Mejor me centro en no perturbar su universo ilegal y mantenerme de una pieza. No conviene tentar a la suerte. Bravo por ti que has aguantado las cinco entradas; gracias.;)
EliminarSeguro que se le quiere, después de tanta convivencia y soportar las travesuras. Ah qué cabronidas tan tremendo jeje. Te dejo un abrazo
ResponderEliminarEspero que no se le acabe la paciencia. Te lo devuelvo.:)
EliminarJajajaja, ¿eres el hijo pródigo o descarrilado?, que paciencia te tiene, pero, ¿hasta dónde?
ResponderEliminarNo me había dado cuenta de todas las publicaciones que se me pasaron y es que, ando algo perdida
Quizá un poco de ambas, pero por si acaso, dejaré de tentar a la suerte.:9
Eliminar¿Será?, no puedo evitar dudarlo =)
EliminarSiempre es mejor dudar y no dar nada por sentado.:D
EliminarQue clase de paja mental es esto? No entiendo nada jaja
ResponderEliminarUna de cinco partes. Conviene leer todas las partes por orden numérico para entenderla y por consiguiente, tener un final feliz.:)
EliminarJo! Cabrónidas... menudo culebrón... me esperaba otro finaal... viniendo de ti!
ResponderEliminarQué tal si le ponemos a este culebrón mafi-rumano-catalán este tema de fondo???
https://www.youtube.com/watch?v=LryQJ25CnKU
:P
Tenía que ser este. Un final abierto donde ninguno muere. Quién sabe si en un futuro...
EliminarDigamos que el ese tema musical... a mí... como que... es decir...
EliminarMejor éste??
ResponderEliminarJe, je...
https://www.youtube.com/watch?v=7vXXb7iOM_Q
Mucho mejor. Ahora quiero saber cómo se llama el grupo que toca.:)
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