20/8/25

463. La senda del esclavo 5

    Como es de una imposibilidad palmaria llevarse la mina de donde está y estará, no hubo otra que privatizarla. Si no me equivoco, la pretendieron los rusos y los canadienses, y al final, en 1998, fue un grupo multinacional, con sede central en Tel-Aviv (Israel), el que se hizo con la continuidad de la explotación del yacimiento.

    Al principio se hacía raro ver la bandera israelí ondear en lo alto de las instalaciones entre la cuatribarrada y la rojigualda. Como fue igualmente surrealista verla izada a media asta pocas horas después del ataque de Hamás a Israel el 7 de octubre del 2023.

    Los nuevos amos propusieron realizar un patrón de turnos rotativos 7x7, a nueve horas y media presenciales, porque había que ser más productivos. Por lo visto, no lo éramos mucho con el patrón de turnos rotativos 5x2, a siete horas y media, que se llevaba haciendo en la mina durante años y años. Pero es que las exigencias del mercado se llevan muy bien con el capitalismo.

    Como el estatuto del minero dice lo que dice, esta situación debía ser sometida a referéndum para su implementación, ya que incluía cambios significativos, como contratar nuevo personal para formar tres equipos más, además de los tres que ya había. Qué casualidad, que meses antes del referéndum, ya estaban entre nosotros trabajando a tres turnos y que, evidentemente, votarían a favor. No obstante, llegó el año 2006 y el momento de introducir la papeleta. ¿Cuál creéis que fue el resultado? Salió un no al 7x7 bastante contundente.

    Entonces, la empresa, que por supuesto ya esperaba ese resultado, no tuvo más que utilizar el arma más ancestral y poderosa de cuantas utilizan los sistemas de opresión, ya sea de forma individual o grupal. Sí, esa que estáis pensando: el miedo. En nuestro caso no podía ser otra cosa que miedo al paro, ya que de no implantar el 7x7 sobraba mucha gente y, según la empresa, no necesariamente los nuevos. Y en un increíble segundo referéndum, como somos estúpidos y cobardes, salió que sí.

    Con el tiempo, muchos mineros veteranos quedaron encantados: no solo cobraban más al trabajar siete días a la semana, sino que podían hacer horas extras la semana que les tocaba descansar. Se convirtieron en los esclavos perfectos, mientras que otros, aunque resignados, éramos los infieles al nuevo régimen.

    Como seguro recordaréis, en 2008 se desató una crisis financiera casi global que derrumbó la industria del ladrillo en España. Miles de empresas quebraron y no menos esclavos quedaron en paro. La mina no quiso ser menos, así que se subió al carro de las empresas jodidas y presentó un ERTE. Uno de tres meses de duración que, al ser aprobado por la autoridad competente, le fue muy bien para hacer unos trabajos de infraestructura del todo ineludibles, por estar estrechamente ligados con la seguridad, y que obligaban al cese de la producción mientras duraran. Y ya se sabe que no producir es igual a dejar de ganar, así que también pudieron dejar de pagar, y no pocos sueldos.

    Toda una casualidad, ¿verdad?

    Después del ERTE, qué raro, empezaron a venderse las supuestas cientos y cientos de toneladas de KCL retenidas en los hangares que, por lo visto, ningún cliente podía comprar a causa de la crisis, la cual seguía azotando en confines cercanos y lejanos de la superficie, mientras que en el subsuelo todo transcurría como si no existiera. Después de aquella maniobra empresarial hasta hoy, no ha ocurrido nada digno de mención, salvo algunas anécdotas y situaciones que merecen una entrada aparte para no convertir esta en enciclopédica.

    Echo la vista atrás, a mis cincuenta y dos años, y apenas veo a aquel chaval de dieciséis de lo lejos que está. Mientras que el presente, ese momento en que todo ocurre, continúa llevándome de la mano, a veces tirando de mí o empujándome sin contemplaciones hacia adelante, y ofreciéndome un pasado a cada día que pasa. Uno que, me guste más o menos, siempre tendrá la última palabra por su condición de irreversible, y hablará por mí cuando yo ya no esté.

    Todavía sigo en la senda del esclavo, pero en su tramo final.

    Estoy a punto de conseguirlo. Ya casi está.



16 comentarios:

  1. Hola, Cabrónidas, bueno, das esperanzas al resto de esclavos con tus últimas frases, jeje, al final se llega...
    Un abrazo. :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Merche. Parece que nunca va a llegar, pero llega, llega. Aunque si me tuviera que jubilar con 67 años igual me volvía loco del todo. :)

      Eliminar
  2. Según te leia en mi cabeza veía lo que iba a comentar ahora. Pero llego a esa frase donde dices lo de que apenas ves ya a aquel chaval y mis neuronas colisionan. Me da un miedo tremendo que el porcentaje de verse a esa edad sea tan pequeño que las personas olvidemos quienes somos realmente. Pero no creo que a ti te pase tan drásticamente.

    Lo de las casualidades, tantas, jejeje...pues ya ves, que la suerte siempre está de los que tienen la sartén por el mango. Aunque yo no pierdo la esperanza de ver un tropezón y que se den con ella en el careto, a ser posible con el aceite hirviendo... pero claro yo soy una soñadora.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Mento. Digamos que sé quién soy en este momento, el actual. Con dieciséis años no sabía nada, y ahora que sobrepaso la cincuentena lo poco que sé tampoco es que me acabe de gustar. Lo que sí es cierto que nunca me olvido de dónde vengo. Al final siempre es el pasado nuestra carta de presentación. :)

      Eliminar
  3. Tal y como está el mundo , no sé yo si lo de jubilarte te libera de la exclavitud, Sin ánimo de deprimir a nadie. Gracias por el relato, siempre que salgo de aquí me siento más sabia.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Aina. Supongo que jubilarse supone un grillete menos de los muchos que cargamos en el camino, pero desde luego, el que se cree libre no tiene ni idea de lo grande que es su prisión. Gracias a ti, cómo no. :)

      Eliminar
  4. Hola Cabrónidas, te confieso que cuando escribiste que los israelíes tomaron la mina hasta coraje me dio jajaja. Están por todos lados, son como pulpos voraces. Pero bueno el capital es lo que manda en este mundo y no solo ellos son así. El capitalismo nos engaña a creer que tenemos "libertad" cuando en realidad somos esclavos del sistema. Algo que solo beneficia a los dueños del capital. Pero bueno, todo eso ya lo sabes. Me gustó tu entrada y bueno como dice Merche, hay un atisbo de esperanza al final cuando ya llega la jubilación y puede uno mandar a la m... a los esclavistas. Espero que tampoco nos quieran quitar eso porque como está el mundo... Te mando saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Ana. Con los años, supongo que los estados aumentarán la edad de jubilación y el populacho no protestará. Aunque más les gustaría que cuando te llegara la edad de jubilarte te sobreviniera la muerte súbita. Celebro que te gustara la entrada. :)

      Eliminar
  5. Hola, Cabrónidas.
    El miedo es el conducto más estable para lograr cualquier gesta, lo entiendo, todos vivimos condicionados por él. Como te dije en una de las entradas, a veces uno en solitario puede intentarlo, pero, ¿merece la pena?
    Y el dinero es el mayor opresor, es la herramienta perfecta para encandilar, seguro que muchos de ellos no se sintieron en ningún momento esclavos.
    Y, no, las casualidades no existen.
    Aunque, he de decir que eres afortunado por poder jubilarte antes de tiempo, (por eso de ver la parte positiva), en mi caso, que aun está lejano y siempre que no cambie nada, serán 45 años y algunos meses cotizados, si modifican normativa doy por hecho que del susto agonizaré al acto, ja, ja, ja. Y mis logros y el supuesto descanso se los llevará nuestra patrona, ;)
    Abrazos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Irene. Yo creo más que la suerte no está en una jubilación temprana, pues es merecida dado el trabajo y las condiciones en las que se realiza, sino en llegar a ella sin merma física y si a la parca le está bien. La frase que dice "En la mina sabes cuando entras, pero no cuando sales" no es nada exagerada, además de extrapolable a otras profesiones de riesgo de la superficie. Lo que veo que estamos todos tan adocenados, y nos han hecho creer que tenemos tanto que perder, que hacen con nosotros lo que quieren. Y eso si que no es casualidad. En fin, espero que cada cual pueda llegar al final de su senda sin percances. :)

      Eliminar
  6. La jubilación es un regalazo merecido. Y más si llegas a ella con salud. Y si te gusta leer y escribir.
    Curiosa andadura laboral la tuya...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El mejor regalo para el esclavo. Si llegas a ella con salud ya es la hostia, aunque llevo tantos años respirando partículas cancerígenas de gasoil, que nadie me garantiza, por esa eventualidad, una vida más allá de los sesenta o sesenta y cinco, por ejemplo.

      Eliminar
    2. Fuí pintor de coches. Demasiado tranquilo tampoco estoy...

      Eliminar
    3. Ja, ja, ja. Pintarías con una mascarilla de filtros, ¿no?

      Eliminar
  7. Respecto a tu trabajo en la ITV., ¿se mató el alcalde con su coche de frenada deficiente?. Imagino trazar una curva, lloviendo, y tener que frenar de golpe...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No, no se mato. Acabó su legislatura como si nada. El karma no actuó.

      Eliminar

RAJA LO QUE QUIERAS

Esparce el mensaje, comparte las entradas, contamina la red.