El arranque de mi nuevo ordenador es silencioso como una serpiente y el sistema operativo se carga en un parpadeo. Bien. También sustituí el monitor por uno de alta definición. Bien de nuevo. Y ahora que he cambiado el teclado por uno cien por cien mecánico, mejor que bien, ya que puedo castigarlo a placer y sin contemplaciones. No como los de membrana, cuyas teclas no acababan de responder al ritmo febril de mis manos, o directamente dejaban de ir. No tenían durabilidad, hostia.
Mi sobrino púber asegura que mis nuevas adquisiciones me enterrarán, a no ser que las cortocircuite por accidente con vino o cerveza. No ha mencionado el agua porque sabe que su tío raro, el del blog, cuando escribe para beber o bebe para escribir, es con cerveza o vino. Aunque ahora mismo no estoy bebiendo nada, pero estoy devorando a dos carrillos una lata de mejillones picantes con mucho cuidado, no vaya a ser que el escabeche también tenga capacidad para cortocircuitar.
En el nuevo ordenador y en el nuevo teclado hay luces. Si me quedo mirando las del ordenador largo rato después de un trasiego etílico irresponsable, al ser circulares y cambiantes en función de la velocidad giratoria de los ventiladores, acaban por parecerme la espiral de la eterna condena y entro en bucle. Y entre las del teclado, que son tantas como teclas, cuando la noche me sorprende escribiendo, la habitación parece una feria. Supongo que lo próximo a sustituir será la silla, por otra que me permita escribir tantas horas como necesite sin que mi cuerpo cincuentenario se resienta.
En fin, yo sé que todo esto os importa tanto un testículo como un ovario. La razón de esta entrada es para comentaros que algo insospechado ha ocurrido en la blogosfera y se ha extendido hasta sus confines. Allí donde los primeros, y ahora los más viejos del lugar, vaticinaron que un día la máquina de escribir se pararía para siempre y dejarían de contarse buenas historias por la red.
Y así ha sido durante un largo tiempo. Muchas bitácoras desaparecieron y otras tantas murieron por desuso, hasta el punto de que la blogosfera se convirtió en un desierto en el que, salvo cuatro y el que suscribe, no corría ni el estepicursor. Pero, ah, hostia y joder, esa panda envejecida de vejigas incontinentes, no contaban con que un día llegarían nuevas mentes perturbadas, frescas e imaginativas, con poder para resucitar la moribunda máquina de escribir y dotarla de narraciones ocurrentes, conceptos estimulantes y extravagantes personajes.
Suerte que esta resurrección no me ha cogido a contrapié, y poseo maquinaria dura y nueva para mantener el nivel de enfermedad y locura, que precisan estas nuevas fábulas sobre conspiraciones secretas, parajes oníricos y entes que despiertan en la oscuridad de nuestras casas cuando asoma la luna y nosotros dormimos.
¿No añoras las quejas del otro ordenador? Mira que nos dejan un arraigo, lo nuevo a veces pierde esa familiaridad conocida, pero claro, si luego el sistema va solito sin necesidad de que seamos nosotros quienes lo espabilemos a base de golpetazos, se entiende.
ResponderEliminarPero, una pregunta, ¿qué modelo te has comprado? No será algo de la NASA con tanta luz, cuidado no tenga contraindicaciones, no somos tan blanditos como los de ahora, pero a ver si te vas a pegar un viaje con tanto parpadeo, ja, ja, ja.
Terminas con un precioso tributo, que no te salga un sarpullido, por decírtelo, pero es así, ;)
Siempre se descubren nuevas letras, en este caso blogs, y con ellos inevitablemente llega la inspiración. Que lo señales, insisto, es muy bonito.
Abrazos, Cabrónidas.
Siempre queda cierto apego, y más cuando han durado tanto sin problema alguno. En cuanto a los recién llegados que han resucitado la máquina de escribir, había que hacerles alguna especie de recibimiento. Y en el último párrafo, con tal que alguien los haya leído, no tendrán muchas dificultades en saber quiénes son.
EliminarOtro para ti. :)
Que disfrutes ese pedazo de máquina con salud y que tardes mucho en bautizarlo, aunque si es con vino seguro que es mejor que con cerveza que tiene sus burbujas y le pueden hacer cosquillas. Saludos
ResponderEliminarHola, neuriwoman. Iremos con cuidado, que me tiene que durar, por lo menos, tantos años como la otra máquina. :)
EliminarTodo vuelve.
ResponderEliminarSAludos.
Sí, y los chalecos y los tirantes lo harán dentro de poco, si no lo han hecho ya. :)
EliminarVaya Cabrónidas!!
ResponderEliminarTu ordenador parece el sueño húmedo de un cyborg!!
Con ese despliegue tecnológico, ya no te puedo imaginar tecleando, ahora te imagino bailando un ballet frenético alrededor del teclado y mirando las luces en la pared já já já (espera que me ha hecho gracia..)
Tu sobrino el púber..dile que es un visionario: vino, cerveza y ordenador son una mezcla letal, como alguno de los videos que dejas por aquí
A la blogosfera hay que resucitarla, que aunque no me da tiempo de ver si está viva o no, para eso estamos nosotros, como almas perdidas algunos o nigromantes digitales, arrebatándole historias a la muerte del olvido. Pero tú ten cuidado, que con esa máquina de guerra que tienes, corres el riesgo de que el teclado te ametralle mientras te quedas atrapado viendo como giran las luces.
Bueno pues aquí me quedo esperando, a ver si esos ventiladores se te encienden para dictarte algún cuento de terror cibernético, que necesito leer algo mientras mi café se enfría y mis neuronas se despiertan
Pd/ a propósito...cuídate de esas luces hipnóticas...que ya sabes como son las sombras...siempre encuentran huecos para deslizarse entre las teclas..y susurrarte historias al oído. Pero que te voy a contar que no sepas ya?
Toma cincuentenario, te regalo esta joya
https://www.youtube.com/watch?v=-skgbBTuiWk
Gracias por el regalo, Finil. Pájaros viejos en un medio viejo como este que tuvo su tiempo de popularidad. Ahora han llegado otros pájaros a resucitar el medio y, bueno, también hay carroñeros.:))
EliminarAquí no hay pájaros viejos cuando el vuelo sigue firme
EliminarLos nuevos bienvenidos sean, si llegan sin desplumar a los demás. Y si los despluman, pues que sepan que las plumas robadas solo sirven para adornar, no para volar (esto le gustaría a Kutxi para alguna canción)
Aquí la nostalgia está prohibida eh?, solo para los relatos, que son los únicos que pueden vivir en el pasado. te enteras?...pues eso..
Me parece estupenda la renovación. Porque como las articulaciones, todo se desgasta, jajaja. En cuanto a cometer cervecidio o vinocidio no te preocupes tanto, también nada dura para siempre, y si se echan a perder por una farra creativa regada de estos líquidos pues ni modo. Se reponen. Esperamos muy buenas entradas jejeje.
ResponderEliminarFue una renovación forzosa. Al final, las máquinas dejan de ir.:)
EliminarEs muy necesario mantener el nivel de enfermedad y locura, Cabrónidas. La magia se crea con cada relato o reflexión, venga de quien venga, con ese ingenio que desprenden las historias escritas con saña literaria, algunas oscuras, otras conspirativas con las sombras de la noche y muchas compartiendo una misma desviación: la pasión por escribir.
ResponderEliminarHay que seguir alimentando la máquina, con narraciones, conceptos y personajes no solo imaginativos sino eternos. Al menos todo lo eternos que nos permitan los hados adversos de la inmediatez cotidiana.
Ni siquiera un apagón nos podrá detener. O sí, nunca se sabe.:)
EliminarHola Cabronidas, con ese pedazo de maquinaria más vale que no se te derrame la cerveza o será la cerveza más cara que te hayas bebido últimamente, jajaja. Que los perturbados y raros sigamos creando paranoias para que la blogosfera no muera. Todo vuelve... hasta los pantalones de campana, jajaja.
ResponderEliminarY ya pronto los chalecos y los tirantes. Si es que no lo están ya. :)
EliminarMenudo pedazo de equipo te has comprado, pero no comas cerca cosas como mejillones, porque puede peligrar. Y no te veo yo a ti aporreando una máquina de escribir, aunque hayan vuelto, después de haber tocado las teclas de ese ordenador, entre otras cosas porque sería difícil que desde la máquina de escribir el relato llegara hasta tu blog.
ResponderEliminarQue lo disfrutes y te dure mucho.
Un abrazo. 🤗
Hola, Merche. Espero que así sea. El antiguo duró cerca de catorce años, que no es poco para una máquina que durante todo ese tiempo la he usado casi a diario. :)
EliminarPues soy muy fan de tus nuevas adquisiciones. Casi puedo visualizarlas. Yo también tengo mi cueva llena de leds de colores, para contrastar la oscuridad de mi alma hahaha. Qué ironía.
ResponderEliminarAhora, entre los leds de colores y la música del trueno, creo que puedo caer en verdadero trance hasta sin querer. :)
Eliminar¡Vaya combinación! Ordenador nuevo, mejillones, cerveza, vino... ¿Escribes o invocas algún hechizo antiguo? 😅 Los demás escribimos con café o té ☕️ pero oye, igual tú tienes el secreto de la escritura creativa 🙄
ResponderEliminarMe ha encantado la entrada 🙂
Hola, Beatriz. El café y el té son bebidas perfectamente válidas. Apuesto a que también pueden cortocircuitar con eficacia. Y si algún día logro tener en mi poder tan codiciado secreto, prometo compartirlo. Sobre todo con los que han conseguido resucitar la vieja máquina de escribir. Celebro que te haya gustado la entrada. Gracias y bienvenida a la narrativa esquizofrénica. :)
EliminarAhora será como escribir desde Disneyland jeje. Toma el control y a disfrutarlo.
ResponderEliminarHola, Galilea. Intentaremos disfrutar todos juntos.:)
EliminarLa madre que te trajo, Cabrónidas, he tenido que parar a medio texto a mirar mi teclado con sospecha. El mío también tiene luces, pero ninguna canta como la tuya.
ResponderEliminarEsto no es una entrada, es un manifiesto armado con escabeche, teclas mecánicas y nostalgia rearmada. Me has hecho reír y asentir al mismo tiempo: el vino, el sobrino profeta del apocalipsis digital, los ventiladores que te hipnotizan... esto es literatura post-cibernética con alma de dragón viejo.
Y sí, ostras, algo se está moviendo. Ya no estamos cuatro gatos escribiendo en el desierto. Ahora hay rastro, hay ruido de teclas, hay blogueros nuevos que no han sido domesticados por el algoritmo.
Y tú, con tu teclado blindado y tu escudo de lata de mejillones, sigues al pie del cañón. Gracias por eso.
Nos vemos en la siguiente trinchera. O en el siguiente vino. Amenazo con hacer una segunda parte de cierta historia si te da guerra tu nuevo ciber-equipo jeje
¡Un abrazo!
Buenas, Tarkion. Ya no será como en su época dorada, pero sí parece que haya una especie de revitalización. Y aparte el mundo siempre nos va a dar motivos para seguir hablando de él. No tengo dudas de que la segunda parte llegará... ;)
EliminarHay resucitaciones que bien valen la pena ;)
ResponderEliminarEso creo yo, estimada. Ahora solo puedo esperar que dure. ;)
EliminarSolo en un teclado duro, se pueden hacer esas historias buenas policíacas. U abrazo. Carlos
ResponderEliminarBuenas, Carlos. Ahora me doy cuenta de que llevo mucho tiempo con teclados mediocres. Otro para ti.
EliminarHola de nuevo Cabrónidas, solo comentarte que has sido mencionado en mi ultimo relato "Las Almas". La idea era incorporar a algunos compañeros de bloguers, te busqué luego ahí, pero resulta que no estás jajaja. Bueno, si gustas asomarte para ver el rol que te di en el relato, me dará mucho gusto y si no, no hay problema. (Te juro que pensé estabas en bloguers jajaja). Abrazo fuerte.
ResponderEliminarHola, Ana, muchas gracias, pues. Paso tan pronto pueda, garantizado. :)
EliminarCabrónidas. Yo me incorporé a la blogósfera el 2015 y me atrevería a decir que el 2016 y 2017, los blogueros alcanzamos nuestra cima (hasta el momento). Publicaba una entrada por esos años y las visitas oscilaban entre las 800 y las 1200 por mes, una locura hermosa. Esto, yo creo, gracias a Google+, una red social que ya cerró pero favoreció mucho a los blogs. Nos adueñamos de esa plataforma, pero como para Google los blogueros no somos ni los más visibles ni los que hacemos circular más plata en internet (¿habrá algún bloguero que tenga millones de seguidores, a la altura de un youtuber o tiktoker?) cerró sus puertas en 2019. Y quedamos algo más desconectados, algo más islas. Por lo menos esa fue mi sensación. Pero no me puedo quejar ni me quejo, que para lo poco que publico y comento actualmente, los infaltables están al pie del cañón. Y yo para ellos. Y sí, me lamento por los que se han quedado en el camino. Y algún día me va a pasar a mí y ya está. Va un abrazo hasta allá.
ResponderEliminarSí, fue así más o menos. Llegaron las redes sociales y más rápido que poco a poco fueron desplazando este medio. Al fin y al cabo nada permanece: todo dura lo que dura la vida, lo cual no es poco.
EliminarMe encantaría volver a tener una máquina de escribir.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, Sara, a la venta todavía están, y en el mercado de segunda mano puedes encontrar algo de veras añejo. :)
EliminarNo es mala idea hacerse con una de esas máquinas de escribir, cualquier día nos dejan a oscuras o mi ordenador explota, no me extrañaría con los ruidos que hace al arrancar jajaja
ResponderEliminarAhora resulta que los Simpson vaticinan un apagón general de tres días. Lo que no dicen cuándo, ja, ja.
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