La Madre Que Parió Al Pato Negro

    Ya ha oscurecido en la ciudad cenicienta. Repta por ella una densa bruma que anega todos los rincones y se enrosca en las edificaciones ...

    Ya lo dijo el sabio Gustavo —una rana verde muy instruida— y no Petete —un pingüino rojo muy culto—. Si alguna vez un marciano avistara ...

    Era noche cerrada y la pitonisa te miraba como si quisiera absorber parte de tu fuerza vital. La primera carta que apareció fue la de la...

     Era noviembre y nada parecía importar demasiado. La palidez del sol entraba por las rendijas de la persiana y se proyectaba en líneas p...

    Yo leí que la guerra duró dos años, ocho semanas y quince días. Pero no es cierto. Tan solo cesaron los disparos, las ejecuciones, las p...

    Cada noche me asomo, como espectador anónimo que soy, a mi ventana rectangular alimentada de electrón y protón. Desfilan por ella, desde...

     Es posible que alguna vez yo haya pervertido el lenguaje en favor de arrimar el ascua a la sardina que más me ha convenido. Como todos....

    Bien, todo ha vuelto a la normalidad, o todo es tan normal como pueden ser las cosas en un mundo desigual y espantoso. La gente ha guard...