Después de tres o cuatro días de borrascas reparadoras, las calles húmedas despiden un brillo correoso al contacto intangible de la luz eléctrica. Las zonas públicas de la ciudad que los sintecho eligen para quedarse están iluminadas por haces de luz amarillenta y cálida. Quizá es la única manera que tienen de sentirse acogidos. Ninguno de ellos arrastra su desamparo por las áreas industriales. Esas zonas que en las fechas señaladas quedan solitarias y silenciosas, y por la noche son alumbradas por la luz fría y azulada de la soledad, donde ningún empresario les ofrecerá nunca una oportunidad.
Pero la ciudad, en su impasible indiferencia, también acoge en sus entrañas de hormigón y acero a los afortunados que tienen una vida feliz, o una vida. La semana que viene veré a esos alegres seres hacerse fotos con Papá Noel. El impostado anciano regordete vestido de rojo y blanco —porque así lo quiso consolidar Coca-Cola en los años treinta— sostendrá con su mano enguantada una campanilla que hará sonar en las entradas de los comercios medianos y grandes almacenes a la voz de «¡Jou, jou, jou!», «¡feliz Navidad!». Y los sonrientes dueños de esos negocios se fregarán las manos y pensarán para sus adentros: «¡Entrad y comprad, comprad, comprad!».
El rito secular, tradición cíclica maldita, ya estaba dispuesto para obrar en nuestras vidas felices e infelices.
Por favor , que todo el año sea octubre, un saludo.
ResponderEliminarHola, Orlando. El rito secular cae una vez más sobre todos nosotros. No hay escapatoria. :O
EliminarSí, un rito secular, eso es. Lo que más me molesta es ese afán de comprar, de gastarse el $ que no tienen en estupideces. Si fuéramos una especie civilizada a nadie la faltaría un pan en la boca y nadie tendría que dormir a la intemperie. Entonces quizá este rito tendría algún sentido.
ResponderEliminarHola, Ana. Diría que el verdadero sentido es el del dinero y la ganancia, cuando pasó de ser tradición a ser negocio. Porque otra cosa...
EliminarMás claro agua, Cabrónidas, así es. Ya lo dijiste también en el comentario de mi entrada sobre la Navidad y te digo lo mismo: ya te digo...
ResponderEliminarUn abrazo. 🤗
Al menos tenemos vacaciones para consumir, digo para pasar tiempo con la familia... Otro para ti. :)
EliminarMe dio risa que en esos circos que arman los centros comerciales con los papá Noel y los niños, haciéndole preguntas al barbuchas, un niño lo dejó frito: "Papá Noél puede darme una Hamburguesa, y un buen padre?"
ResponderEliminarSaludos. Carlos
Hola, Carlos. Pues ya verá ese niño cuando le pregunte a los Tres Reyes Vagos porque Papá Noel no ha cumplido con la petición. :)
EliminarAhí vienen otros ritos
ResponderEliminarAl cabo del año son muchos negocios, digo tradiciones...
EliminarLos rituales son importantes si queremos vivir en sociedad, no tengo nada en contra de ellos excepto cuando dejan fuera a la mitad de la población, cuando se reducen a gastar y gastar sin medida un dinero que no tenemos para comprar cosas que no necesitamos... en fin, sí, felices fiestas o lo que sean...
ResponderEliminarCuando pasa de ser tradición a ser negocio...
EliminarEs verdad q todo ha degenerado en un circo ostentoso y casi te diría , obsceno, mucho más si pensamos en los sin techo pelándose de frío por ahi...Te ha quedado muy visual la descripción .. Ojalá tengas razón y se sientan un poco más acogidos con las luces navideñas ...A mí casi me da vergüenza decir q me gusta la Navidad, pero es así y es algo q no se me cura con los años, incluso habiendo perdido a mis padres. q creí q cuando sucediera sería el fin ..pues no. Me gusta la Navidad , lo siento pero es así. Un abrazo y no te deseo feliz Navidad por si te molesta, pero de verdad deseo q te encuentres agusto entre los tuyos durante estos días y a ser posible ..siempre, claro ; )
ResponderEliminarHola, María. Yo no creo que nadie al que le guste la Navidad deba avergonzarse de ello. Ni hay que señalar a quien así lo expresa. Tampoco me molesta que me deseen una feliz Navidad. Todo tiene luces y sombras y yo suelo incidir en lo último porque nunca se habla de ellas, ya que nos recuerdan nuestros errores, carencias y vilezas. No se nos tiene que olvidar esa otra cara de la moneda porque hay muchas personas que la sufren, y al final, a la moto que nos venden solo se pueden subir unos cuantos. Solo es eso, así que tengas una feliz Navidad y gracias. :)
EliminarEs toda una proeza encontrar calor humano entre las entrañas de hormigón y acero, pero para eso está la Navidad, digo yo. Y quizás también lo dices tú. Va un abrazo, Cabrónidas.
ResponderEliminarMi percepción es que la Navidad está para otra cosa, visto lo visto. Pero qué sabré yo... Otro para ti. :)
EliminarVerás, a mí ese gordo sangrón me cae en la punta del entrecejo. te cuento, me quedé una navidad en casa de la tía rica para que el gordo me dejara algo. ¿Sabes qué me dejó el puto gordo? NADA.
ResponderEliminarTe dejo dos abrazos porque uno no me gusta así nomás .D
Ja, ja, ja, ja. Es que ese gordo sangrón es selectivo y clasista. Tanto como los parásitos de los Tres Reyes Vagos. Otro para ti. :))
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