Mi destino fue que de adulto me ganara la vida en las profundidades de la Tierra. No rockeando en la radio ni en un vídeo por haber triunfado en el mundo de la música. Nada más lejos de la realidad.
Tuve ayer una epifanía en un momento oscuro, en la que me vi con siete años de edad montado en una bicicleta. Me envolvía un aura resplandeciente, el viento agitaba mis cabellos y mis ojos destilaban inocencia. Quise entonces, con todas mis fuerzas, regresar a ese espacio en el tiempo donde no existía la mentira, todo era fácil y no había nada que entender.
Ridículo, nostálgico... Qué más da. Ahora solo quiero que los pequeños Danny y Lisa lleguen hasta mí con su canción, me tiendan la mano con una amigable sonrisa y me alejen tanto como puedan del hoy y de lugares extraños.
Ayer vi un vídeo en Facebook, de una pagina de rock sobre la Navidad y me acordé de ti. Pensé etiquetarte para que lo vieras, pero no te encontré. Y ahora tu artículo me lo ha recordado. Totalmente tú.
ResponderEliminarUn abrazo. 🤗
Hola, Merche. Tuve Facebook hace tiempo. Allí también colgaba las entradas de mi blog, las cuales algunas fueron denunciadas. Un día me suspendieron la cuenta, según ellos, por contenido inapropiado y la acabé eliminado. Así que gracias por el intento. Otro para ti. :)
EliminarVaya ... Creo que tú, otros blogueros y yo, cabronidas somos existencialistas de cepa.
ResponderEliminarY hasta coincide que seamos inapropiados y funables en feisbuck
Jaja
Que bueno que no pertenecemos a eso
Beso
Hola, Jo. Dicen que no hay mal que por bien no venga. No sabría si asegurarlo, pero sí aseguro que no echo nada de menos a Facebook. ;)
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